Capítulo 2: Nuevas tierras.

439 76 4
                                    

Lo primero que notó Jack al recobrar la consciencia fue la ausencia de su cayado en su mano derecha. Su mente, nublada por el dolor de las heridas que  aún no habían terminado de sanar, no podía recordar por qué no tenía el objeto en sus manos pues sabía que sin importar qué nunca se separaba de este; la única vez que lo hizo fue hace 4 años cuando lo entregó a Pitch a cambio de que dejara libre a Babytooth.

Fue ese pensamiento el que trajo a su mente los recuerdos de lo sucedido durante las últimas horas: la reunión con los guardianes, el mensaje de Manny, el regreso de Pitch, la existencia de los dragones, un artefacto capaz de controlarlos, la pelea, su cayado roto, trató de ignorar las lágrimas de dolor que se formaron en sus ojos al recordar como Pitch había destrozado su única pertenencia de su tiempo como humano, luego hubo un fuerte brillo seguido de un rugido y después...

Abrió los ojos y con un gemido se sentó sobre la tierra intentando recordar lo que pasó después de eso.

Recordaba la sensación de estar cayendo al vacío, un objeto resbalando de su mano, luces de varios colores dando vueltas a su alrededor y, finalmente, el dolor en su espalda aumentando al impactarse contra el suelo, sospechaba que eso último fue lo que provocó su desmayo.

Intentó apoyarse en su cayado para ponerse de pie y tratar de descubrir en qué parte del mundo estaba solo para caer de lado contra lo que ahora notaba era arena y no tierra como había asumido.

—De acuerdo Jack, recuerda, Pitch rompió tu cayado, es obvio que no puedes usarlo para apoyarte. —Se reclamó en voz alta por su descuido. Una leve brisa rozó con cuidado su mejilla al mismo tiempo que una sensación de malestar se posó en el fondo de su estómago.

Después de más de 3 siglos podía reconocer con facilidad cuando el viento buscaba darle un poco de consuelo pues lo había reconfortado tantas veces en el pasado que era difícil de olvidar la sensación que este le provocaba; cada vez que intentaba hablar con Manny solo para ser ignorado, en esas ocasiones durante sus primeros años como espíritu en las que olvidaba que la gente no podía verlo y alguien lo atravesaba, cuando quería rendirse y olvidarse de intentar que los niños lo vieran; en todos esos momentos el viento había estado ahí para él, tal vez no tenía una forma física ni podía hablar de la forma tradicional con él, pero había sido su amigo durante tanto tiempo que Jack nunca podría olvidar cómo se sentía su presencia.

Solo que esta vez era diferente.

No había suaves brisas jugueteando con su cabello para revolverlo, no había pequeños tirones en su ropa para llamar su atención, no había esa ventisca fría con un toque juguetón y confiado a la que estaba acostumbrado.

En cambio, el toque parecía dudoso, vacilante, como si estuviera presentándose a alguien nuevo y no supiera cómo va a reaccionar. El solo pensamiento de que su primer y único amigo no lo reconociera lo llevó al borde del llanto otra vez y pudo sentir una lágrima rodar por su mejilla.

Una brisa, esta vez un poco más fuerte, lo rodeó por completo y reconoció la sensación como lo que era, un abrazo. Pasó su mano por sus ojos para quitar las lágrimas que se habían formado en estos antes de contestar. —Estoy bien viento, descuida —aceptó su ayuda para acercarlo a una roca a la orilla de la playa que era del tamaño suficiente para poder recargarse y fue entonces cuando cayó en cuenta de un detalle, había estado a punto de llorar.

La poca calma que había reunido al ser reconfortado por el viento se esfumó al darse cuenta de que la lágrima no se había congelado como solía hacerlo y el pánico empezó a inundarlo. —No, no, no. Esto no es posible. —Casi arrastrándose se acercó lo más rápido que pudo al borde de la playa y observó con horror que el agua no se congelaba bajo su toque. —Esto no puede estar pasándome. ¿Qué es esto? —Observó su rostro reflejándose en el agua por primera vez después de 304 años; lo que encontró no lo ayudó ni con la creciente lista de preguntas que tenía ni con el pánico que estaba sintiendo por su situación.

¿Por qué, en nombre de Manny, tenía un mechón de cabello marrón?

Pasó lo que se sintieron como siglos, aunque solo fueron un par de minutos, antes de que dejara de ver su reflejo en el agua, pero no porque Jack lo hubiera decidido sino por el fuerte tirón que recibió en su pierna por parte del viento.

—¡¿Qué?! ¡¿No ves que estoy un poco ocupado aquí?! —Gritó a los vientos levantando la cabeza.

Siendo honesto no había planeado ser grosero con lo único que le estaba dando una sensación de familiaridad en un momento tan confuso, pero francamente había un límite de cosas que Jack podía soportar antes de tener que desahogar todo lo que estaba reprimiendo. En un día cualquiera liberaría toda si frustración provocando una tormenta de nieve en algún lugar remoto, pero ahora...

Otro tirón en su pie lo obligó a bajar la vista y observó con asombro lo que su amigo trataba de decirle; la roca que había usado para recargarse y la arena por la que se había arrastrado se encontraban cubiertas por una fina capa de escarcha. Observó el lugar donde estaban recargadas sus manos y el alivio lo inundó al ver que, en efecto, era él quien lo estaba provocando.

—Gracias —susurró recostándose en el suelo, una brisa revolvió su cabello y sonrió. —Y perdón por gritarte —cerró los ojos sintiendo que el cansancio se apoderaba de su cuerpo y nuevamente se dejó arrastrar por la inconsciencia.

°•○●○•°

Una parte de Jack esperaba que todo hubiera sido un sueño. Que se despertaría en algún lugar del taller, con el incesante ruido de los elfos y el tarareo de Norte mientras esculpía alguna figura de hielo.

El cielo plagado de estrellas, algo difícil de ver dentro del taller, y la sensación de la arena aún congelada bajo sus dedos le confirmó que no estaba soñando.

—De acuerdo, no hay nada de qué preocuparse, ¿verdad? —cerró los ojos al sentir la caricia del viento. Su cuerpo se sentía mejor despues de dormir unas horas y el dolor de cabeza había cesado; con un salto se puso de pie y caminó por la orilla de la playa mientras pasaba las manos por su cabello.

—Solo estoy en algún lugar desconocido, tengo este raro mechón castaño —jugueteó distraídamente con él con su mano izquierda— mis poderes no están funcionando como deberían, al parecer no me conoces —el tirón en su capucha detuvo su balbuceo y suspiró —y no tengo ni idea de cómo regresar. —Levantó la vista con una expresión de derrota, metió ambas manos en el bolsillo de su sudadera y observó a la luna que recién tomaba su lugar en el cielo. —Oh Manny, de verdad me metí en algo grande esta vez, ¿no?

Si bien como espíritu no necesitaba dormir ni comer sí disfrutaba del espectáculo que creaba Sandy todas las noches con su arena de sueños.  Procuraba tomarse unos minutos todas las noches para sentarse y contemplarlo como se merecía por lo que estaba a punto de darse la vuelta y buscar un árbol donde pasar la noche cuando notó una sombra negra en el cielo tapando parte de la luna.

El miedo, un sentimiento muy familiar esas últimas horas, se asentó en él cuando su mente le dio nombre a la figura que se encontraba bloqueando la luz de la luna.

Jack se negaba a creer que lo que sus ojos veían fuera real pues de serlo solo podía significar 2 cosas.

La primera era que Jack se había golpeado muy fuerte la cabeza, su cerebro imaginó el extraño portal y en realidad Pitch logró quitarle a Jack el artefacto para después mandarlo a algún lugar remoto en la tierra donde ahora estaba alucinando.

La segunda era que, de alguna forma, ahora estaba 1000 años atrás en el tiempo.

Jack no estaba seguro sobre cuál de las 2 opciones lo preocupaba más, lo que sí sabía era que sin duda lo que acababa de ver era un dragón y encontrar un camino seguro a casa no sería nada sencillo.

ᛞᛖᛋᛏᛁᚾᚩ || HijackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora