ᛞᛖᛋᛏᛁᚾᚩ || Hijack

Capítulo 4: Tessera.

Un año.

Ese era el tiempo que Jack llevaba en el pasado. Un año explorando islas. Un año haciéndose amigo de los dragones. Un año aprendiendo sobre los vikingos. Un año entrenando. Un año sin descubrir cómo llegó a ese lugar. Un año sin pistas sobre como volver a su tiempo. Un año desde la última vez que un niño creyó en él.

—¡¿No fueron suficiente los 300 años ignorándome?! ¡¿También vas a hacerlo aquí?! —Observó a la luna esperando que Manny por fin le contestara, pero como todas las veces que lo había intentado este no dio ni una señal de que fuera a hacerlo—. Solo quiero volver a casa. —Subió la capucha de su sudadera dándole la espalda a la luna.

Caminó sobre las ramas de los árboles extrañando más que nunca su cayado para distraerse balanceándolo cuando una sombra tapando la luz de luna llamó su atención y de inmediato sintió su ánimo mejorar.

—¿Qué dices, viento? ¿Estas listo para una carrera? —Dio un salto y empezó con su carrera semanal contra el Furia Nocturna.

Era el único dragón que no se había acercado a él en el año que llevaba explorando el archipiélago. Otros dragones le habían contado que disfrutaba de volar a increíbles velocidades y nadie era capaz de seguirle el ritmo. Jack sabía que de tener el impulso extra que le daba la magia de la creencia podría alcanzarlo en cuestión de minutos, sin embargo, en su situación actual lo único que podía hacer era intentar llamar su atención cuando lo veía; se había convertido en un reto personal el alcanzarlo e incluso tenía la sospecha de que el dragón lo tomaba como un juego.

—Tal vez otro día amigo. —Se detuvo al notar como la distancia entre el dragón y él se hacía cada vez más grande—. Vamos, vi una nueva isla durante la carrera y me gustaría explorarla un poco.

Llegó a la isla en pocos minutos sin embargo no tuvo la oportunidad de explorarla pues apenas había recorrido unos metros dentro del bosque cuando fue abordado por un dragón de tamaño mediano con 4 patas y alas pequeñas, un Groncke, al que reconoció de uno de sus primeros viajes.

—Hola amigo, estas un poco lejos de casa, ¿no? —Se agachó para acariciarlo y este de inmediato se acostó boca arriba para que le rascara la barriga.

—Qué raro —murmuró al sentir el cosquilleo en su magia que había asociado a cuando esta buscaba advertirle de la presencia de un espíritu, pero hasta el momento no se había encontrado con ni uno, ni había visto alguna señal de estar en el territorio de algún ser mágico.

Decidió ignorarlo y en su lugar se concentró en explorar la isla en compañía del Gronckle.

°•○●○•°

Abrió los ojos encontrándose de pie sobre un claro en medio de lo que parecía ser un bosque.

No tenía idea de cómo había llegado ahí si hace solo unos minutos se encontraba en lo alto de una montaña jugando con un Hideous Zippleback que acababa de conocer en una de las cuevas, pero francamente estaba empezando a cansarse de aparecer en lugares desconocidos sin saber cómo.

—No te preocupes, Jack. No estoy aquí para hacerte daño; necesitaba hablar contigo y esta fue la única forma que encontré para hacerlo. —Una suave voz le habló a sus espaldas y se dio la vuelta con los brazos levantados solo para bajarlos un segundo después, a veces aún olvidaba que ya no tenía su cayado.

Al girarse se encontró frente a él a una joven que nunca había visto antes. Piel bronceada y cara redonda, ojos color ámbar y orejas tan puntiagudas como las de las hadas; cabello castaño rizado que le llegaba a la altura de la cintura, tenía una complexión media y era media cabeza más alta que él, no, corrige eso, solo parecía más alta porque estaba flotando sobre el suelo. Estaba vestida con una túnica de seda blanca con corte recto y mangas largas que caían como una cascada por sus brazos, en su cabeza se posaba una delicada corona entretejida de ramas con flores moradas y, al igual que él, no estaba usando zapatos, en su lugar había unas enredaderas que rodeaban sus pies y subían por sus pantorrillas hasta casi llegar a sus rodillas.