Pablo Bustamante (ii)

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"La fiesta"

Mia, Vicco, Feli, Pilar... Todas las chicas habían avisado a (n) de que esa noche, debido a la falta de vigilancia iba a haber una fiesta de tercer año.

Cuando llegó allí, la gente estaba completamente dispersa. Cuanto más se fijaba más raros estaban todos.

Luján y Marizza intentaban buscar a Marcos, esta última ahora era su novia, una sorpresa para todos sus compañeros. La personalidad explosiva de Marizza junto a Marcos el "nerd" del salón.

Por otro lado vió como Vicco y Mia le hablaban a Feli, que no quería bailar.
También le sorprendió no ver a Manuel por ningún lado, según había oído, estaba en algo con Mia. Esperaba que estuvieran bailando juntos.

Había una chica a la que le faltaba un vaso más para la descomposición, junto a Luna y Pilar, que la vigilaban de cerca para que no cayese al suelo.

Y lo más raro de todo, en lo que no pudo parar de fijarse. Pablo sentado en una banca, sin tomar, sin bailar, sin chicas...

Tomás y Guido, que parecía que lo animaban a tomar algo hacía un rato se habían cansado y habían salido a bailar con las chicas.

Entonces se ordenó a sí misma dejar de mirar al rubio y de pensar en él, era una fiesta, no tenía por qué deprimirse con él. Salió a bailar con los chicos.

Ni un minuto llevaba cuando se le acercaron los dos mejores amigos de Pablo.

– ¡(n)! Ya viniste, sacalo a bailar. Hacé algo.- Tomás señaló a su amigo. Era una visión un poco penosa verlo ahí.

– ¡Seguro que a vos te hace caso! Siempre lo hace.- Le pidió Guido.

– No, chicos. Si no les escuchó a ustedes quien les dijo que a mi si.

– Vamos, yo sé que te va a hacer caso, dale.- Suplicó Tomás. Unió sus manos y las puso frente a la cara de ella en forma de súplica.

– Sabés que eso ya no es así. Él ya no quiere saber de mí.

– Estoy seguro que no ¡Eso fue por su nueva chica! Que se pasa los días fuera de acá. Pero yo sé que él te va a tomar en cuenta.

– Vamos, corre.- El moreno empezó a tirar de ella sin darle tiempo a dar su respuesta.

Ahora, escoltada por ambos chicos, llegó hasta Pablo.
No podía creer que había la habían obligado a eso.

Ella fue amiga de Pablo pero hacía ya un tiempo que él ni le dirigía la palabra.
Desde que él empezó a salir con una chica de fuera del colegio él dejó de querer saber nada sobre (n).
A ella le dolió, pues incluso conociendo la reputación de mujeriego e infiel de Pablo, pensó que igual tenía un chance con el chico.

– Hola.- Se sentó a su lado.

Él la miró y sonrió levemente antes de hablar.

– Si venís a pedirme que tome ya te podés volver.

– Y bueno, ¿qué te picó? Ya no puede ni sentarse acá una. Hace mucho que no hablamos, es todo.

– Si solo venís a eso, claro. Hacé lo que querás.

– Si, claro.- (n) pensó en levantarse e irse, para decirle a los chicos que lo había intentado, pero se le ocurrió algo nuevo.‐ Pero, ya que sacaste el tema ¿Por qué no vas con Tomás y Guido?

– No pienso tomar. La última vez casi le puse cuernos a Paula, no puedo hacerle eso.

– No tenés por qué tomar, pero no querés bailar, ni jugar billar... ¿nada?

– No, no sé. La echo de menos sabés. Nada es igual si a quién querés está alejado de vos.

Entonces, por mucho que lo quisiera evitar, pensó en como se sintió cuando Pablo comenzó a alejarse de ella. Comprendía las palabras del rubio.

– Pero no tenés por qué estar con una chica para pasarla bien. Me dijeron que Mia va a cantar. ¿No querés tocar vos?

– (n), déjalo, ¿si? No entendés.

– Bueno, si cambiás de opinión, siempre estoy dispuesta a vigilar que no engañes a Paula.

Se levantó para irse cuando sintió que le agarraban la muñeca.

– Tenés razón.- Escuchó la voz de Pablo entre la música.

– ¿Qué?

– Antes dijiste que ya no hablamos. Tenés razón. Perdoná si me alejé de vos. No sé por qué lo hice, pero también me di cuenta.

(n) se sintió incluso conmovida, era difícil que el chico se disculpase así con alguien.

– Pablo.

– Decime.

Iba a decir algo de lo que se podría arrepentir para siempre, así que se cortó a sí misma y en su lugar dijo:

– ¿De verdad no querés bailar?

Veía venir la respuesta. La cara que puso cuando escuchó eso lo dijo todo, pero en lugar del insulto que nunca llegó, oyó otra cosa.

– Vamos.

(...)

La noche pasó, y (n) había perdido de vista a Pablo hacía ya una media hora. Creía en él y sabía que si tenía autocontrol no bebería.

Ya había llegado el momento en el que Mia, Feli y Vicco saldrían a cantar, pero justo antes de empezar Mia comenzó a hablar.
Contó, básicamente, como su relación con Manuel había sido parte de una apuesta, (n) se quedó horrorizada.

Salió del salón en busca de Manuel. Estaba segura que él ya había salido y quería intentar consolarlo.

A mitad de camino, se encontró con otra persona.

– ¿Pablo?

– ¡(n)! Acá estás, vení.

El rubio la saludó demasiado efusivo, antes de darle un abrazo cargando todo su peso en ella.
Sin duda había bebido.

– Pablo tomaste.- Afirmó la más baja mirándolo mal.

Antes de recibir respuesta vieron a Blas pasar. Por suerte no los había visto, pero no tendrían esa suerte dos veces.

Les deseó suerte mentalmente a los que se encontraban aún en la fiesta y empezó a subir junto al chico a las habitaciones.

Viendo la manera en la que estaba su amigo, lo acompañó hasta la puerta de su cuarto. Dejando que se sentara en la cama al llegar.

– No puedo creer que volviste a tomar.

– (n), no estés molesta. Por favor.- Él ya estaba casi dormido, completamente inconsciente de lo que decía.

– No lo estoy, ya duermete.

Antes de poder volverse sintió la mano del chico cerrarse sobre su muñeca, otra vez.

– Perdoname. No quería dejar de hablar con vos.

– Ya lo sé.

– Me confundís. Y ahora que estoy con Paula no puedo sentir eso, ¿sabés?

– Pablo, estás borracho.

– Porque yo la quiero. Pero vos me hablás y me olvido de todo, como con ella. No me puede pasar con las dos.

– No sabés que decís. Por favor, no quiero que Blas me vea aquí. Dormite.

– Te quiero (n)- Por fin soltó el agarre en su muñeca y la dejó ir.

– Descansá, Pablo.

No podía creer que eso le acababa de pasar. Se fue del cuarto con esas dos palabras que no paraban de rondar su cabeza.
"Te quiero." "Te quiero (n)"

Pero sabía que no eran ciertas.
Que mañana mismo Pablo no recordaría nada.

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- one shots. rebelde wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora