- one shots. rebelde way

Manuel Aguirre (iii)

"Acomodada"

- ¿Se enteraron de la noticia? Escuché a Dunoff hablar con Gloria sobre la nueva alumna de tecero.

Guido entró corriendo a la cafetería del colegio, acercándose a la mesa donde casi todos los chicos se encontraban hablando.

- ¿Qué decís, café? ¿Volviste a escuchar cosas?- Se burló Tomás.

- No, no imaginé nada. Dunoff dijo que venía desde Europa para terminar su tercer año aquí, porque quedó libre la plaza de Joaquín.- Explicó mientras todos los chicos de tercer año ahí presentes desviaban su atención al moreno.

- ¿Europea? ¡No lo puedo creer! Por fin alguien con estilo en este colegio chicas.- Gritó con emoción Mia girándose a sus dos amigas.- Sin contar a ustedes, obvio.

- Bueno, no se emocionen chicos. Después de Joaquín podemos esperar cualquier cosa de la nueva.- Dijo esta vez Vicco, que no había tenido muy buena impresión final del chico, aunque todos hablaban de como había sido nada menos que el cuerno de Pilar Dunoff, hija del director.

- Cualquiera que se meta en este colegio de caretas ya lleva una etiqueta para mi, y si es tan hueca como la de acá...- Dijo el mexicano, queriendo molestar a la Colucci, que se volvió a girar a mirarlo mal.

- Ya habló el inmigrante, eso solo demuestra tu pésimo gusto en la moda. Los europeos llevan al día toda la industria, estúpido. - Le gritó Mia.

- Y yo creo que Manuel tiene razón, capaz sea una más de ustedes, niños de papi.- Afirmó Marizza mirando a Pablo que tardó un rato en darse cuenta.

- ¿Qué decís nena? A mi ni me mirés.

- No sean tan negativos. Si llegó en mitad de curso tenemos que ser más abiertos con ella, que se sienta incluida.- Intentó pedir Luna a sus compañeros.

Todos los alumnos de tercer año se habían reunido poco a poco y comentaban a gritos su opinión de la nueva chica que aún no había llegado.

(...)

A la mañana siguiente, cuando esperaban a la profesora de ciencias, entró Gloria en su lugar.

- Chicos, orden, por favor.

Una vez que todos se organizaron Dunoff entró al aula.

- Sé que la partida de Arias Parrondo de esta institución fue una catástrofe, aún así, hemos dado la bienvenida a una nueva alumna en su lugar. Ella viene desde muy lejos, así que por favor sean amables con ella, y denle una cálida bienvenida. Pase, señorita López.

- ¿López? ¿De dónde es ese apellido?- Susurró Feli a Mia.

- ¿Los López de España? ¡Son re importantes, Feli!- Gritó Mia haciendo que todos la escucharan.- Perdón.

Antez de recibir respuesta una hermosa chica entró y se puso al frente junto a Dunoff. Se llevó la atención de todos los presentes.

- Uf. Voy a ser más que amable con esta muñeca.- Le susurró Guido a sus amigos al ver a la chica.

- Esta es la alumna (n) López. Su familia vino desde España y han sido muy agradecidos con nuestra institución. Sean buenos chicos por favor. Siéntese señorita.

La chica buscó algún sitio libre, finalmente se sentó tras dos chicos, justo al lado de un tal Diego.

- ¿Agradecidos? Eso me suena a acomodada.- Susurró uno de los chicos de delante a su compañero.

- ¿Y tú quién eres para hablar de mi familia?- Le preguntó ella haciendo que los dos se girasen a mirarla.

- Manuel Aguirre, de los Aguirre de México.- Le tendió una mano que la otra agitó.

- ¿Y qué hacen los Aguirre de México, Manuel?

- Lo suficiente como para no entrar de acomodado.- Le sonrió con suficiencia, era obvio que se burlaba de ella.

- Me alegro mucho por ti.- Le devolvió la falsa sonrisa.

Ambos adolescentes se miraron debatiéndose entre conflicto y curiosidad.
Manuel había encontrado a la chica bonita desde que entró, y (n) no podía negar que el mexicano era lindo.

(...)

Las primeras horas de la mañana de la chica nueva estaban a punto de acabar, estaba cansada de andar de un sitio a otro acompañando a gente que le quería enseñar cosas nuevas.

Era verdad que había conocido a muchos de sus compañeros, estaban Pablo, Tomás y Guido, los tres trataban de chamuyarsela. Por otro lado las chicas habían sido todas especialmente amables. Justamente ahora la estaban llevando al gimnasio, ya que la última hora sería deporte.

Ya se había cambiado el uniforme y entró al gimnasio donde se presentó al profesor.

- A ver chicos, (n) necesita hacer las pruebas de inicio. ¿Alguien que se ofrezca a ayudarla?

Un grupo de chicos comenzó a gritar para ser escogido mientras que las chicas preferían hacer baile, era normal.
El profesor intentó buscar a uno que no estuviera peleando.

- ¿Aguirre? Tu obtuviste buenos resultados. Por favor, llévala afuera y que realize los ejercicios en el patio.

- Si, claro.- Le dijo al profesor.- Si no tengo otra opción.- Susurró al pasar junto a la chica.

- ¿Qué problema tienes conmigo?- Le dijo ella cuando salieron del gimnasio.

- Ninguno, solo que no me gusta que cada vez haya más caretas y huecas en el colegio que aguantar. No me gustan, juzgan por el físico, por el dinero...

- ¿Y quién te dijo que yo era así? ¿Lo has asumido solo por verme la cara?

- Si. Das el tipo. Chica linda, bien vestida...

- Eso significa que fuiste tú el que me juzgó por mi cara.

- No... Bueno si, pero es diferente.

- Me parece que no, Aguirre.

- Bueno olvídalo, ¿si? Haz las pruebas.

-¿También tengo que olvidar que me llamaste "chica linda"?- Rió fingiendo un puchero en su cara.

- Empezá a correr que te pongo cero.- Le pidió él más nervioso.

- Claro, chico lindo.- Le sonrió superior antes de echar a correr. Sabía que se lo iba a pasar bien con ese tal Aguirre.

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