- one shots. rebelde way

Marcos Aguilar (iii)

"Una excusa" pt.2

- Buenos días lindo.- (n) entró en la cafetería.

Marcos estaba sentado junto a Nico y, con el sitio lleno de alumnos de tercero, era perfecto seguir con su "plan".
Llegó junto al rubio y dejó un pequeño beso en sus labios para luego acercarse a pedir algo como si nada.

(n) se había asegurado, por supuesto de que Guido estuviera allí y que los viera juntos.

Y para rematar su suerte Pilar no estaba presente, si ella los veía la noticia se esparcería como la gripa, y tendría muchas cosas que explicarle a sus amigas.

- No puedo creerlo, si que era cierto.- Guido se tapó la cara con ambas manos, derrotado.

- ¿Qué te pasa café?- Tomás preguntó curioso por el repentino cambio de su amigo.

- (n) me trae loco, eso me pasa.

- ¿Pero no te gustaba Mia a vos?

- No seas, a este pibe le gustan todas, las persigue y ninguna le da bola.- Pablo bromeó.

- Esta vez no fue mi culpa, ya tenía novio.

- ¿(n)? ¿Tiene novio?- Ambos chicos preguntaron al unísono, sorprendidos por la noticia.

Hacía cosa de un mes, en uno de los últimos diarios salió una noticia sobre la chica, parecía que estaba saliendo en secreto con un chico de cuarto año, hasta que este la engañó.

Ella no lo tomó nada bien y se vengó, haciendo creer a todo el mundo que ella la dejó a él porque estaba enamorado de la profesora Hilda.
Aunque lo acabó desmintiendo la broma se quedó, y en la actualidad algunos chicos aún lo molestaban con eso.

- Está con Marcos.

- ¿Con ese Marcos?- Señaló Pablo a la mesa donde se encontraba su compañero.

- Si, aún no lo puedo creer.

- Yo no los creo.- Afirmó Tomás.- Seguro te lo dijo para zafar de ti.

- ¡Se besaron frente a mí! ¿Qué más querés que hagan?

- ¿Besarse? Eso es cualquier cosa, ella le pide que le de un beso y listo, te quita de encima.

- ¿No me creés? Está bien, pregúntale a ella.

Los tres observaron a la chica salir de la cafetería. Tomás se levantó a tiempo para seguirla.

- ¡(n)! Pará un momento.- Fuera de la cafetería, justo a la entrada del pasillo, la alcanzó.

- ¿Querés algo?

- Si.- Se acercó a ella, acariciandole un mechón de cabello.- ¿Tenés planes para el viernes? El boliche abre y...

- Lo siento. Voy a salir con mi novio.- (n) estaba completamente segura de que esto tenía que ver con Guido.
Quizás era otra prueba para ver si estaban juntos. No podía aceptar.

- ¿De qué novio hablás?

- De mi novio, Marcos. ¿No lo ubicás? Mirá que está en nuestra clase, tan lento no te creía.

- Bueno si, pero, no se tiene porque enterar Marquitos, ¿no?

- ¿De qué no me puedo enterar?

Tomás giró sobre sí mismo, dejando a la vista de la chica a Marcos, que lucía bastante enfadado para estar solamente actuando.
Este avanzó unos pasos más, quedando frente a frente con Tomás.

- Decime, ¿qué no puedo saber?

- Nada, lindo. Tonterías suyas, ya se iba, ¿cierto?- (n) se entrometió entre los dos.

Le sorprendió que a Tomás le intimidara la postura de Marcos, era algo que no veías todos los días.

- Si, ya me iba.- Se apartó de ambos y volvió a girarase.- Te quedó bien el nuevo look. Eh... el arete y eso.

- Ya vete.- Le pidió (n) cansada de escucharlo.- Vení, seguime.- Tomó de la mano a su "novio" una vez que el otro desapareció de su vista.

Lo guió a un sitio más alejado de los otros chicos para poder hablar.

- Actuaste re bien, incluso lo asustaste. Ya no me van a seguir molestando. Mil gracias.

- Gracias a vos. Nunca se habían arrepentido tan rápido de molestarme, no sé qué me pasó, pero ojalá se repita.- Respondió ilusionado por la reacción que había causado. Sin dudas era algo difícil de ver.

- En el fondo sos muy valiente. Tenés que sacar esa versión más a menudo, casi y me caigo muerta con vos yo también.

Parecía un niño de lo feliz que estaba, le parecía de lo más tierno.

- ¿Sabés? No te veía sonreír así desde lo de Marizza. Me alegro que hayas vuelto, tenés una sonrisa muy linda.- Rió junto a él, su emoción era innegable.

- Gracias. Me ha hecho bien el estar con vos, en verdad me ayudaste.‐ Aunque titubeó un poco tras decir esto, no podía echarse atrás, la chica parecía realmente sincera y no quería ser menos con ella.

- Te quiero Marquitos. Vení.- Lo envolvió en un abrazo.

- Yo también te quiero.- Correspondió el abrazo, sorprendido por no haber tartamudeado ni una vez en esa frase, que parecía que costaba tanto decir en voz alta.

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whooo-milaaa aquí está la segunda parte, perdona si tardé mucho en subirla.