𝐂𝐇𝐄𝐂𝐊𝐌𝐀𝐓𝐄 || ᴿᴼᴿᴼᴺᴼᴬ ᶻᴼᴿᴼ.

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ᴏɴᴇ

(ɴᴀʀʀᴀᴅᴏʀ ᴏᴍɴɪsᴄɪᴇɴᴛᴇ)

Este mundo no es como otros,
repleto de misterios y colmado de peligros.

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Una joven estaba despertando en su cama,  se estiraba y frotaba sus ojos con sus delicadas manos. Se levantó y tomó una ducha para vestirse con un hermoso vestido negro, el cual era largo y no tenía mangas, e incluía un gran moño del mismo color del vestido [imagen multimedia].

Tras vestir su cuerpo, bajó las escaleras con lentitud,  que la guiaban hacia el comedor, ya que era la hora de tomar desayuno en aquel tan silencioso castillo.

tomó asiento a un lado de la cabecera de aquella tan grande mesa, donde su padre, el rey del reino e isla en la que vivía, se sentaría.

La familia estaba desayunando mientras los hombres de la familia conversaban junto con algunas amistades entre ellos y las mujeres mantenían silencio. Desgraciadamente, en esa familia y en ese reino, las mujeres perdían derechos y no eran valoradas por la sociedad, siendo vistas como simples objetos y esclavas de su existencia. Algo que Subiré odiaba con todo su ser.

Sumire estaba cansada de esa horrible tradición, estaba harta de tener que callar y no poder hacer nada sólo por el hecho de ser mujer. La impotencia que ella sentía era completamente indescriptible.

-"Estoy seguro de que ella estará de acuerdo, el compromiso no le molestará"- el padre de sumire habló, sacándola de su trance en el que se desahogaba, dirigió su mirada a el rostro de su padre mirándolo con desagrado y sorpresa, pues era hija única y con suerte tenía familiares aparte de sus padres, entonces estaban hablando de ella, la única "Hija" y heredera al trono, pero no era posible hacerlo sola, debía contraer matrimonio para ascender al cargo mayor de la isla y reino.

-"ella nos dará nietos, y estoy seguro de que muchos!"- comentó un amigo de su padre, que era el que propuso contraer matrimonio entre su hijo y sumire.

Los comentarios seguían y seguían, empezando a estresar a Sumire, haciendo que baje la mirada y empiece a arrugar el vestido, ejerciendo presión contra sus piernas.
De forma muy repentina, Sumire se levantó de su silla, empujándola hacia atrás levemente, y golpeó bruscamente la mesa en la que se encontraban, todos la miraban en silencio y era un momento demasiado incómodo. Subiré miró con odio a su "Padre" llena de furia, impotencia y molestia.

- " ¡Por una sola vez, ¿Podrían dejar de pensar que soy un puto objeto?!"- Gritó llena de dolor, las lágrimas se presentaban en sus ojos con mucha dificultad, pues no quería llorar en un momento como ese.

Luego, la joven mujer levantó su vestido para poder desplazarse, escuchando las palabras de su padre, diciendo:

- "sólamente es una etapa... luego aceptará su destino, no te preocupes..." - mientras aligeraba el ambiente, que estaba completamente tenso.

La princesa soltó su vestido y se acercó a su "padre", apuntándolo con su dedo índice, dispuesta a desahogar todos los pensamientos que tenía desde su infancia.

-" ¿¡Una etapa!? ¿¡Te parece que esto es una etapa!? ¡Pues claro que no!, ¡He estado soportando está mierda durante mucho tiempo!, ¡TODA MI VIDA!, ¿¡De verdad les cuesta tanto pensar que yo también se hablar?! ¿Que escucho perfectamente? ¿¡Han pensado en que yo también tengo sentimientos!?" -  estaba completamente exaltada y muy tensa, literalmente se estaba calentando la cabeza por esa situación. Tras quedar en silencio todo el lugar, vió como su "padre" bajaba la mirada, sin saber qué responderle a Sumire.
- "... Obviamente no lo haces... ¿Verdad?..." - Sumire bufó, molesta con la situación.