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🐰 JungKook. 🐰

El sonido de mi celular me hizo despertar.
Mis brazos rodeando el delgado y blanquecino cuerpo de mi Omega, mire su rostro y se veía tan en calma, la luz del sol de la mañana iluminaba su rostro.

Parecía que tenía un ángel conmigo.

Deje un suave beso en su mejilla antes de contestar.

- ¿Bueno?.

- Buen día, Joven Jeon.

- Oh... Hye, ¿Paso algo en la oficina?.

Sentí a mi Omega removerse a mi lado, voltee a mirarlo y me tope con sus brillantes ojitos.
Le dedique una sonrisa y me aproximé a dejarle un suave beso en los labios.

- Amm... Llamaba para saber si hoy vendrá a la oficina.

- Hoy no iré y tal vez mañana tampoco.

- ¿Y eso por qué? ¿Se siente mal?, ¿Necesito que vaya a su casa?.

Las pequeñas manos de mi Omega comenzaron a masajear mis hombros.
Se estaba sintiendo tan bien.

- Todo está bien... Demasiado bien diría yo... Es solo que mi celo se presentó y al parecer todavía no termina.

- ¡Oh! Tal vez necesita ayuda, ¿Desea que haga algo para ayudarlo?.

Un tierno gruñido se escuchó a mi lado y no pude evitar reírme.

- Gracias por tu preocupación, Hye, pero estoy bien, nunca me había sentido tan bien como ahora.

Tomé posesivo la cintura desnuda de mi Omega.
Me acerque a sus labios, atrapé el inferior para morder y succionar, dejándolo ir de un jalón.

- Está bien, cualquier cosa no dude en llamarme y estaré ahí, Jefe.

- Gracias, ten un buen día Hye.

Rápidamente colgué la llamada y me tumbé en la cama, atrayendo a JiMin sobre mi cuerpo.

- ¿Por qué me gruñes?.

- No fue a ti...

Un puchero se asomó en su hermosos labios.

- ¿Entonces?.

- No fue nada, solo que no me gustó la manera de hablarte de tu secretaria.

- ¿Hye?... Mm pues yo no le veo nada de malo, lleva siendo secretaria de mi padre de hace años y ahora es mi secretaria.

- Lo entiendo... Solo que me pareció que se estaba ofreciendo a ayudarte en tu celo.

Una divertida sonrisa se dibujó en mi rostro.

- Yo creo que entendiste mal... Aún así, no necesito de alguien más que no sea mi hermoso Omega.

- Mm tal vez tengas razón...

Sonreímos antes de fundirnos en un apasionado beso.

Sus suaves manos se enredaron en mi cabello y mis manos se deslizaron a sus glúteos, donde apreté y masajee a mi antojo.
Pequeños jadeos ahogándose contra nuestros labios.

El Sexy Omega °° KookMin °°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora