Nuevo propietario [2]

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Humo negro ascendiendo a los cielos.

Choi Han dejó caer las hierbas que había estado recogiendo, sus pupilas negras temblaron al ver los pilares negros que venían de la aldea.

"A-Ah... ah..."

No podía entender el galimatías que salió de su boca cuando la canasta que tenía en la mano se deslizó entre sus dedos temblorosos y cayó al suelo también.

Y poco después, Harris Village se incendió.
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Choi Han era un estudiante de secundaria de 17 años cuando tropezó y cayó en una zanja mientras hacía turismo tras la competición intercampus de arte de la espada a la que se había apuntado.

Perdió su cartera. Y un millón de células de su piel debido a la larga caída. Pero sobrevivió.

Él y sus amigos de la competición estaban siendo guiados por su asesor por el Bosque de las Tinieblas de la República de Roan. No era el mejor lugar para ir a ver, ya que era un lugar peligroso, pero su asesor insistió en que estaría bien.

'Si seguimos el arroyo al borde del bosque, estaremos bien. Confíen en mí'.

Y supongo que estaba bien para los demás, pero no para Choi Han.

"¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!"

Sus gritos surcaban el cielo una y otra vez mientras se ponía en pie y huía de los diversos monstruos de aspecto extraño que aparecían con la intención de convertirlo en un apetitoso tentempié. Tentáculos y pinchos. Doce ojos y veinte cuernos. Había goblins, trolls y orcos, y todos querían probar sus deliciosos huesos.

Choi Han sólo podía aliviarse del corazón palpitante en su pecho y del semblante asustado de su cara cada vez que estos horribles monstruos luchaban entre sí, ya que él sólo podía ser una comida, y ni siquiera tenía tiempo de agradecer a los dioses que le hubieran dado la oportunidad de escapar.

¿Cuántos días han pasado desde que cayó por aquella zanja e intentó salir? No lo sabe. Intentando sobrevivir en este lugar, ya ha perdido el sentido del tiempo.

Aprendió a guardar silencio incluso cuando las heridas le impedían limitarse a asimilar en silencio el dolor. Aprendió a vigilar su entorno y a ser sensible al menor ruido y movimiento. A ser capaz de detectar la sed de sangre. Con los huesos de los monstruos muertos encontrados en montones por todo el vasto y espeluznante bosque, se fabricó armas fuertes para blandir, y sólo cuando consigue matar a un monstruo por su cuenta agradece a su yo más joven haber escuchado los regaños de su padre sobre sus artes con la espada y haberlas practicado bien.

Aprendió a hacer cualquier cosa con tal de seguir vivo en este cruel lugar.

1 año... 2 años... 50 años...

Fue sólo cuando se dio cuenta de que no estaba envejeciendo ni un poco, cuando finalmente se hizo lo suficientemente fuerte como para tener al menos unos minutos de sobra para pensar ociosamente, que finalmente se entretuvo con este pensamiento.

'Este lugar no es normal'.

Y él también lo era por haber podido permanecer aquí tanto tiempo.

Incluso si era capaz de salir de este lugar, nada volvería a ser lo mismo. Pero aún así, no puede quedarse aquí para siempre.

Si lo hace, entonces definitivamente perdería la cabeza.

"Yo... soy Choi Han."

Se recuerda a sí mismo esto, cada vez que tiene la oportunidad.

Sus ojos negros miran al cielo del bosque cada noche cuando acampa en vez de en las cuevas mientras murmura esto para sí mismo una y otra vez como un cántico que le ayudará a seguir vivo y mantener la cordura.

Espíritu de un holgazán - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora