𝟎𝟎𝟎. 𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎

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Saiko Sasaki formaba parte del reducido porcentaje escolar femenino que no había estado — al menos no en los últimos dos años y un mes — enamorada de alguno de los miembros del club de voleibol varonil.

Ni siquiera de cierto capitán a cuya altura le hacían falta menos de veinte centímetros para alcanzar los dos metros; ojos color olivo y cabello castaño oscuro enmarcando un rostro melancólico y misterioso, volviéndolo el chico con más declaraciones de amor en toda la academia Shiratorizawa.

Sin embargo, en ese mismo instante, el cerebro de Saiko olvidó su desinterés y enviaba señales de alerta por todo su sistema nervioso; hombros rígidos, mejillas más rosadas que de costumbre, rodillas temblorosas y un aumento considerable en su ritmo cardiaco. 

Incluso le sudaban las palmas de las manos.

— He recibido tu nota — Wakatoshi sostenía un sobre rosado con la mano izquierda mirándola estoico.

Necesitó de unos segundos para asimilar lo que estaba ocurriendo, por qué de todos los chicos en la escuela tenía que ser él.

—...mis compañeros insistieron en que te debía una respuesta apropiada — siguió hablando — pero, antes, me gustaría señalar algo. Estar enamorada de mí, no cambia que tu intromisión a los vestidores del gimnasio me parezca inaceptable.

Saiko cerró los ojos y trató de respirar profundo para ordenar sus pensamientos.

Ushijima podía culparla de uno: haber entrado al gimnasio — y a los vestidores — a hurtadillas mientras el equipo de voleibol salía a correr, y dos: colocar una carta de amor en un casillero. Un casillero que debía ser de otra persona, no de él. Pero, pensar que estaba enamorada de él resultaba bastante pretencioso.

—...una mejor idea sería hablar en la cafetería o en los descansos entre cla-

— A ver, a ver, a ver — lo detuvo levantando el índice — ¿estás absolutamente seguro de que la carta estaba en tu casillero? — hizo énfasis en la penúltima palabra.

— Sí.

— Y no en el de Reón-san.

— No.

— Demonios.

De todos los escenarios imaginables sin duda este nunca pasó por su cabeza. Kaede iba a matarla, no sólo a matarla. Tomaría su cuerpo y lo cortaría en pequeños pedazos con los que alimentaría a las palomas del parque que solía visitar los fines de semana.

— Escucha — suspiró pesadamente — esa carta era para Reón-san, no para ti.

Ushijima pareció sorprendido, arqueó una ceja y volvió a mirar el sobre, no estaba firmado.

En realidad, no era la primera — y seguro tampoco la última — carta de amor que recibía, un error de destinatario jamás cruzó por su cabeza, aunque, no cambiaba el problema más importante: Saiko Sasaki había violado la privacidad del equipo.

— Entonces querías declararte a Reón — Wakatoshi tuvo que bajar la mirada para conectar con la de ella.

— Yo no, una amiga... es complicado.

— Eso no va a resultar — declaró y con un gesto le ofreció el sobre de vuelta.

— ¿El qué?

— Lo de Reón y tu amiga.

— ¿Por qué? ¿No le gustan las mujeres?

— Hay una chica de segundo año que va a ver todos los partidos y tan pronto terminan, se van juntos.

𝐀𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐢𝐧 𝐋𝐨𝐯𝐞 |  Wakatoshi UshijimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora