Capítulo 9. Mateo

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— Ya sé para donde va a dirigirse esta conversación, así que, te lo diré de una sola vez. Christopher, lo de ayer no fue un error y yo no me arrepiento de nada de lo que hice. Ya lo hicimos una vez, ¿Quién te garantiza que no va a volver a pasar? — habló con un tono y semblante serio, incluso, hasta ella misma se lo estaba creyendo.

— Está mal y lo sabes.

— ¿Acaso no pensaste que estaba mal ayer que te acostaste conmigo? ¿Ayer se te olvidó el tema que soy menor de edad?

Christopher calló

¡Por supuesto que se había olvidado por completo ese tema! ¡Era lo que menos le interesaba en ese momento!

Alya sonrió en su interior, ya sabía la respuesta.

— ¿Me podrías dar un vaso con agua?— pidió ella — traigo la garganta seca.

— por supuesto.

Christopher se paró del sofá y se dirigió a la cocina. Alya se cruzó de brazos.

«¿Por qué lo hombres son tan complicados?» se preguntó.

Pero de pronto, una idea llegó a ella.

Las cosas ahora sí se pondrán interesante.

Ella se paró y siguió el mismo camino que Christopher hasta llegar a la cocina. Ella entró mientras él estaba de espalda. Con cuidado, se acercó al castaño tocándole su gran y suave espalda, él por el acto se sobresaltó.

— Me has dado un susto.— dijo antes de darle el vaso con agua, ella lo tomó.

— gracias — agradeció para empezar a beber. 

Al terminar, dejó el vaso vacío encima del mesón luego a agradecerle nuevamente. Christopher la miró a sus ojos de color café y se sintió hechizado, como que sus ganas de verlos aumentaran cada vez más.

— Christopher...— susurró — ¿Por qué eres tan complicado?

— Alya..., Tu no lo entiendes.

Ella se fue acercando a él poco a poco hasta quedar a pocos centímetros de distancia.

— Pero..., ¿Qué perdemos?   

— ¿Por qué insistes tanto? 

— Soy así. No paro hasta conseguir lo que quiero

— ¿Qué quieres?— Preguntó en voz baja

— A ti

Ella sin vergüenza alguna, lo tomó de la cara y unió sus labios en un beso exigente, quizás un poco rudo, ¿Pero a quien engañaba? a ambos le gustaba y no lo podían negar.

Él sintió como Alya comenzaba a subir su camisa por su cuerpo, Christopher se separó y se terminó de sacar la camisa después se volvió a acercar a su boca. Introdujo su lengua en la boca de ella y se desató una batalla de sabores y caricias.

Sin saber como, ambos llegaron nuevamente a la habitación de Christopher, comenzó a moverla hasta dejarla recostada en su cama totalmente. Los besos de él empezaron a descender por su cuello y sus manos comenzaron a acariciar su cintura y gran parte de su cadera.

Chris ya estaba envuelto en una nube llena de pasión. Lamió su cuello dejando una que otra marca.

La ropa fue desapareciendo dejándolos a ambos en ropa interior. Las manos de él se acercaron al broche del brasier de Alya y lo desabrochó dejando sus pechos al aire.

Una larga sesión de besos y caricias, él le dio lo que tanto ansiaban desde hace rato. Se hundió en ella arrancándole un gran gemido de sus labios, comenzó a moverse lentamente, un par de embestidas más y comenzó a dar fuerte, rápido y preciso.

Entre Nosotros || Alya & Christopher || EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora