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Cinco:El sótano.
Cuando el señor Malfoy se fue, un alivio recorrio cada extremo de mi cuerpo. No podía creer que contaría con demasiada suerte para quitarme al jefe de ensima mientras hacia mis diligencias ilegales.
Espere unos minutos para asegurarme que Lucius había salido del edificio para empezar a dirigente hacia el sótano del ministerio. Esto sería sencillo y rápido. Buscar los archivos de los Potter, leer un poco y salir antes de que alguien me vea.
Sin mucho que pensar, me subo al ascensor que te lleva a cualquier apartamento, aprovechando que no hay nadie prestando atención, aprieto el botón que señala el último piso y me preparo mentalmente mientras entra otro señor al ascensor y aprieta el tercer piso.
—Oh, es un alivio que quitaran a esas lechuzas, ensuciaban mucho —menciono el señor, un poco distraido.
Lo que menos necesitaba era una conversación con alguien, pero me límite a reír forzadamente.
—¿No cree?
—La verdad es que yo no conocí a las lechuzas.
El señor se volteó a mirarme, confundido.
—¿Eres nueva aquí?
—En efecto.
—Debes ser la secretaria de Lucius Malfoy —dijo con pena —¿No he cierto?
—Si, si. La misma.
—Es una lastima —menciono el señor con tono lastimero.
Yo fruncí el ceño. Por Merlín ¿Tan mal me veía? ¿Acaso no era suficiente para ser secretaria de un hombre guapo y cruel? Al parecer no, por lo que me sonroje brutalmente.
