Capítulo 10

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Al llegar al lugar del evento, todos sus empleados ya estaban allí terminando de organizar, incluso recibían a la prensa y los dirigían al área que habían asignado temporalmente para la rueda de prensa, pues era un evento internacional tomando en cuenta quienes eran los anfitriones.

Como la mayoría de invitados llegarán a las ocho de la noche, a las siete se haría la rueda de prensa, por lo que se disponían a sentarse en sus respectivos lugares.

La rueda de prensa empezó con un pequeño discurso de bienvenida de parte de los anfitriones, luego venía la serie de preguntas entre las cuales figuran como siempre la relación de ambos y ante cuál la respuesta es la misma: «somos y seremos hermanos».
Después de esta breve reunión y de explicar que posiblemente se queden definitivamente en la ciudad, los invitaron a que pasen por la mesa de bocadillos que se habían preparado.

Los invitados empezaron a llegar y vio a un grupo muy conocido, incluyendo a sus tíos y prima, se acercó cautelosa y con una sonrisa un tanto forzada, pero recordando que debe actuar si quiere que esas personas sean castigadas.

—¡Señores Kiliam, que gusto tenerlos por acá! —Se acercó a ellos y los abrazó - ¡Niños, qué alegría verlos de nuevo!

Los niños le sonrieron apenados y las otras personas la ven asombradas e incrédulas, no pueden creer quién está frente a ellos.

—Veo que trajeron más invitados, me alegra —expresó muy a su pesar—. Hola, mucho gusto, soy Sienna Biancci diseñadora y copropietaria de Biancci’s Boutique.

Ante la cara confusa de los personajes que lucían aterrados, ella se mostró impávida, demostrando así que tenía una gran entereza, estos al ver que no era quien creían que era, lucían un tanto confiados.

—Me gustaría presentarles a alguien especial —dijo bastante seria—. Él es Paolo Biancci, mi socio y hermano —terminó con las presentaciones.

Con esto, más que confirmar las sospechas, habían asegurado que ellos se confiaran, pero Paolo reconoció a aquella mujer como la que había empujado el auto al acantilado, con una seña casi imperceptible para los demás, pero lo suficiente clara para Elaine, le comunicó que sí era ella.

Los pasaron al interior para que degustaran los aperitivos y recorrieran la tienda, por obvias razones los Kiliam y ella se mantuvieron alejados.

Al cabo de una hora Víctor se hizo presente, llamando la atención de Fabiola y sus padres, que esperaban la reacción de la pelirroja, pero esta —imperturbable y pasiva— se mantenía ocupada en sus compromisos; recibiendo a los invitados e interactuando con Paolo y algunos periodistas. Cosa que aprovechó claramente Fabiola y se acercó a la ojiverde con malicia y del brazo de Víctor.

—Señorita Biancci, me gustaría presentarle a mi prometido, él es Víctor De Luca —El anzuelo había sido lanzado y esperaba que con esto, si ella era Elaine, debía reaccionar.

—¿En serio? ¡Por dios, qué alegría! —expresó emocionada—. Espero me inviten a la boda y desde ya les deseo felicidad.

Ahora, más que nunca Fabiola estaba segura de que aquella mujer, solo era alguien que se le parecía a su odiosa prima.

Apenas Elaine hubo girado para atender a otros invitados, Víctor se sacudió de ella de manera brusca.

—¿Por qué mientes? ¡Jamás oye bien, jamás me fijaré en ti, una persona como tú… es… es… olvídalo! —Tras estas palabras, Víctor inició su camino hacia sus suegros y Fabiola regresó con sus padres buscando algún lugar donde hablar tranquilamente.

Víctor se acercó cauteloso a dónde su familia y confirmó el éxito en la extracción de micrófonos en la mansión, habían encontrado al menos tres en toda la casa, además de descubrir al espía, pero lo más importante era que iban a poder recuperar el audio que probaba lo ocurrido hace casi seis años. Mientras los mayores celebraban, los niños observaban ansiosos a su madre, quien de vez en cuando les regalaba una sonrisa y saludaba con la mano.

Los recuerdos que perdí   #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora