Capítulo 7

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Al asegurarse de que todo estaba bien, Arthur tomó las riendas del asunto.

—Bien, empecemos y veremos cómo proceder —ordenaba el mayor.

—Yo viajé a París, ya que mi investigador me dijo que había aparecido un testigo del día del accidente. Pero al llegar supe que había viajado y lamentablemente no están seguros de cuando regrese, por el hecho de que es un famoso empresario y está haciendo negocios, por otro lado —confesó triste Víctor.

—Aparte de la sospecha de que nos espían —habló ahora Andrew—, creo que mi hermano tuvo que ver en el accidente de mi hija.

—Creo lo mismo —acotó seguro Víctor.

—Un momento —pidió el policía—, ¿podrían ponernos en contexto?

Los tres Kiliam suspiraron y dejaron que el mayor tomara la palabra.

—Bueno, la verdad mi hermano no es mi hermano, mi padre lo acogió cuando sus padres llegaron a trabajar con mi familia, él apenas tenía unos dos años de edad, yo ya tenía unos ocho años cuando eso pasó. Sus padres tuvieron una discusión y su padre que le gustaba tomar fue a un bar y le llamaron a su esposa para que fuera por él. Al regresar quiso conducir y estando borracho chocó contra un árbol en el camino, así que mi padre se hizo cargo del pequeño, lo creció como a su hijo, aunque desde pequeño demostró su ambición, papá no se fiaba de él. Por eso dejó el testamento, así aceptaría su voluntad.

—Eso no lo sabía —admitió Bástian.

Víctor asintió demostrando así que estaban en igual posición.

—Pero esto en lugar de ayudar empeoró las cosas, él no aceptaba que no se le diera parte de la empresa que mis padres habían creado, quería más de lo que le correspondía y empezó a acosar a mi esposa y a mi hija. Cuando Víctor tomó las riendas del negocio, esperando que Elaine terminara su carrera, mi sobrina Fabiola, empezó a frecuentar la casa y en especial a Víctor, después empezó a persuadir a mi hija para que hiciera ese viaje por su graduación, mi hija apenas se había graduado cuando la perdimos —termina el hombre entre lágrimas.

Los tres policías que los acompañaban se ven entre sí atando cabos.

—Si tan solo yo no hubiese ido ese día con Simon o prestado mi teléfono a su esposa, nada de esto hubiera pasado —confesó muy afectado Víctor.

—No es tu culpa, hijo —afirmaba Andrew—. Nadie sabía que algo así iba a pasar.

—Correcto —confirmó Arthur—, no es tu culpa ni la de ninguno de ustedes, pondremos en marcha la investigación para dar con el fondo del asunto.

—Bien, hay tres vehículos sospechosos que siguen a la familia, el del señor Kiliam es perseguido por Simon, la señora por Fabiola y el tercer vehículo vigila a Víctor. Esto es lo que he encontrado hasta ahora, señor —informa Matt a su jefe.

—¿Cómo sabemos que saldremos o estaremos en casa? —cuestionó Bástian.

—Si no hay un espía, hay micrófonos instalados en la casa —habló ahora el hijo de Arthur.

—Por eso es mi sospecha de que nos espían, saben dónde y cuándo saldremos —admitió Andrew.

—Iremos a revisar la casa, y necesitaremos una distracción para que ni el espía o con los micrófonos se den cuenta —anunció Matt.

—Yo revisaré si hay algo más en la casa, ¿cuándo creen que sería conveniente? —Ahora es Armand quien cuestionaba.

—Hoy en la noche tenemos una inauguración, estamos invitados como familia, ¿no sé qué pudieran hacer? —anunció Andrew.

Los recuerdos que perdí   #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora