Capítulo 8

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Paolo, al ver a su amiga y la persona que amaba —sin ser correspondido— inconsciente, quiso reaccionar para cargarla, pero Víctor fue más rápido y la tenía en brazos, por lo que solo tomó a indicarle donde acomodarla en la oficina.

Al ver la preocupación de la familia y el acto de Víctor al verla, le quedó más que claro que aquellas personas eran su familia, y él no era más que la persona que la auxilió y cuidó de ella. 

Los niños rodeaban el sofá mientras su padre sostenía sobre su regazo la cabeza de la chica.

Al cabo de una hora la chica abría lentamente sus orbes verdes y se fijaba en cada una de las personas, y aunque le dolía la cabeza aún, ella estaba decidida a mantenerse en pie por su festejo.

—¿Mamá, papá? —preguntó a los mayores que limpiaban sus lágrimas.

Estos abrieron los ojos de manera desmesurada y corrieron a abrazarla.

Bástian la observaba incrédulo y Víctor estupefacto, ella fijó sus ojos sobre su hermano.

—¡Tonto! —chilló emocionada.
—¡Niñata! —respondió feliz.

—Mi guardián —susurró entre lágrimas viendo a su esposo.
—Mi muñeca —respondió este envolviéndola en sus fuertes brazos.

Después de un momento se separó de él y se dirigió a sus hijos, los gemelos la abrazaron y lloraron en su cuello, al separarse vio a la pequeña castaña de ojos verdes, suspiró al ver que había perdido muchos años de su vida.

—Hola, preciosa, tú debes ser Nahomi, ¿cierto? —La niña asintió —. ¿Puedo darte un abrazo?

La niña no esperó más y rompió en llanto, ambas se abrazaron queriendo recuperar ese tiempo perdido.

Paolo era un mero espectador del reencuentro de la familia, aunque se sentía fuera de lugar, también se sentía feliz de que aquella chica que salvó de morir cuando su coche se incendió, haya recuperado su pasado, le dolía no saber qué pasaría después, pero era feliz de ver en sus ojos ese brillo que jamás había visto.

—Sandy, ¿te sientes bien? —cuestionó Paolo, preocupado.

Ella se giró hacia su amigo que quería tanto como a un hermano.

—¡Por fin, Paolo, por fin las imágenes tienen sentido! —chilló feliz mientras abrazaba a su hermano de la vida.

La efusividad con la que abrazó al hombre no pasó desapercibida por su esposo, entendía que era algo emotivo, solo que no lograba captar lo que hacía con el testigo.

—Creo que es hora de aclarar las cosas —anunció Paolo, luego de separarse de su ahora, solo mejor amiga y hermana.

Pidieron a la asistente de Elaine —ahora y por el momento Sandy— que cuidara de los niños mientras los adultos hablaban.

—Hace unos seis años —inició Paolo— regresaba de reunirme con unos amigos después de inscribirnos en una academia de diseño que uno de nuestros antiguos maestros poseía, dejé a mis amigos en sus casas y yo, al regresar a la mía, cerca de un puente, me detuve porque escuché un ruido raro en mi motor, por lo que paré el auto y me bajé, escuché el derrapar de unas llantas y rápidamente apagué mi auto. Observé cómo un auto empujaba a otro hacia el acantilado que había del otro lado del puente, el auto cayó al precipicio y del otro salió una mujer de cabellera oscura, apenas pude distinguir su perfil por la poca luz que había, pero al girar y con la luz de su auto pude ver como sonreía con malicia y se fue.

Lanzó una mirada triste a Sienna y le acarició la cabellera.

—Después de que ella se marchase, me acerque rápidamente hacia el lugar y vi que una joven yacía a un lado del auto, me apresuré a llegar a ella; estaba muy golpeada, justo cuando la ayudaba a salir el auto explotó, lo último que hice fue llamar a emergencias y dar nuestra ubicación.

—Por dios, fue un intento de asesinato —exclamó asustada Emma.

—Desperté pocos días después en el hospital, con golpes leves y con la noticia de que mi acompañante aún no despertaba, estuvo un mes en ese estado y al despertar tenía amnesia, misma con la que ha vivido estos años, no se nos hizo difícil hacerla pasar por mi hermana porque ni yo tenía familia ni ella aparentemente.

—Ambos decidimos que estudiaría diseño de modas, ya que ella soñaba continuamente con bocetos y telas, así que los dos decidimos por la misma carrera, fue hasta hace unos cuatro años que nuestros diseños se hicieron conocidos, aun sin haber terminado nuestra carrera, así nació la marca Biancci’s, ella se dedicó a comercializar sus diseños yo solo ayudo con los mismos. Hace poco más de dos años ella empezó con continuos dolores de cabeza y despertaba de pesadillas, siempre eran los mismos sueños y aquí nos tienen regresando al lugar de donde pertenece y sin saberlo.

Todos observaban que ambos tenían sus manos entrelazadas, una pequeña punzada atravesó el corazón de Víctor al ver esto, no estaba seguro si su esposa aún lo amaba o si su corazón había sufrido un cambio.

—Este hombre me salvó la vida y me dio una cuando no creí tenerla, a su lado crecí como persona y como diseñadora, para todos Sienna Biancci, hermana de Paolo Biancci es la más reconocida diseñadora.

—¿Tú eres Sienna Biancci, la diseñadora? —preguntó Víctor.

Ella le sonríe y asiente.

—Y se quedará como mi seudónimo cuando vuelva a ser Elaine Kiliam —afirma segura.

Todos estaban extasiados ante la revelación que había sucedido hace un momento, cuando de repente algo de lo que no habían tocado antes es mencionado por Bástian.

—¿Quién era la mujer que empujó tu auto? —Cuestionó.

—Fabiola —respondió segura mientras los demás estaban con rostros furibundos y otros con terror—. Cuando empezó a empujar mi auto, yo llamé a Víctor para decirle por lo menos el nombre de mi asesina.

—Simon me hizo acompañarle a una cena con un cliente que nunca llegó, su esposa pidió mi teléfono para hacer una llamada y justo cuando me lo regresaría lo dejó caer. Por accidente unas personas se pararon en él dañándolo por completo, así que no tenía mi teléfono conmigo.

—Al parecer todos están implicados —acotó Paolo.

—¿Se podría recuperar ese mensaje de voz? —cuestionó Bástian.

—Le hablaré a Arthur, espero que sí —comunicaba Andrew.

Se alejó un poco para poder hablar por teléfono.

—Fabiola dijo que vendría más tarde a la fiesta —exclamó asustada Emma—. Estoy segura de que sus padres vendrán.

—¿Y si les hacemos creer que no sabemos nada? —habló Paolo—. Me refiero a que Sandy actúe como si no la conociera, que actúe como quien era hasta hace un momento, Sienna Biancci, la diseñadora.

 Me refiero a que Sandy actúe como si no la conociera, que actúe como quien era hasta hace un momento, Sienna Biancci, la diseñadora

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Los recuerdos que perdí   #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora