─ Mmh, sé que no es muy grande... O lujoso, pero podemos estar tranquilos aquí, ¿no?, O sea... Sé que probablemente esperabas más pero...
─ HyunJinnie, me encanta. ─ Le calla. Para proceder a pasar los brazos por el cuello de hyunjin para besarle. Los labios de Hyunjin son chiquitos y suaves, a Felix le encanta pasar horas besándolo hasta que se ponen rojos. Se separa muy a su pesar pero con una sonrisa. ─ ¿Podemos pasar ya?
─ Claro, mandé limpiar la casa por dentro, tiene dos habitaciones, pero solo usaremos una, y tiene una tina grande donde te daré un baño relajante. ─ Donde ambos tomaremos un baño relajante.
─ Claro, eso. ─ Le dice.
─ ¿Me vas a cargar? ─ Le pregunta al alfa haciéndole ojitos, que hacen a Hyunjin sonreír, porque normalmente los ojos de Felix son una maravilla para él, pero cuando coquetea con él usando esos lindos ojos... se siente en el paraíso.
─ ¿A cargar?
─ Ya sabes, como las parejas cuando entran por primera vez a casa. ─ por supuesto que no tarda mucho más cuando el Omega ya está pasando los brazos por el cuello en una orden tacita que se cumple cuando Hyunjin toma su cintura al cargarlo. Y pasan. La casa dónde hyunjin creció es bastante pequeña, en un pequeño pueblo no muy lejos de ellos, la casa sí es pequeña, muy bonita pese a tener bastante tiempo sin nadie habitándola.
─ ¿Y por qué vinimos aquí, amor?.─ Pregunta el Omega. Pasando su mano por el marco de la puerta de la habitación más grande de la casa y observando todo. ─ ¿Sábanas de seda?
─ Yo... Sí, mandé a comprar algunas cosas.
─ Yo también compré algunas cosas que espero que te gusten.
─ ¿Si? ─ Le pregunta sonriendo de solo imaginar y juzgando por el tono que utilizó su castañito. ─ ¿Cómo qué?
─ Tal vez esta noche me lo veas puesto.
─ Bien, tus compras definitivamente son más interesantes.
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Felix está recostado sobre el sofá más grande. Específicamente recostado sobre Hyunjin, que sí está acostado en el sofá. Ambos disfrutan comiendo cereal directamente de la caja mientras platican entre ellos.
─ ¿Por qué siempre si hay más sillones te acuestas sobre mí?.─ Le pregunta el alfa. Felix hace una mueca desentendido. Jamás se planeó la idea de que su peso le molestará sobre él. Hace el amago de levantarse, cuando los brazos en su cintura lo detienen. ─ Ey, ey, ni se te ocurra moverte.
─ Pero te molesta...
─ ¿Cómo me va a molestar tener a mi bebé sobre mí?
─ ¿Entonces porqué lo dijiste?
─ No lo sé, porque lo noté y quise decirlo, me encanta tenerte sobre mí.
