CAPITULO 2

79 10 5
                                    

Porque sin buscarte,
te ando encontrando por todos lados,
principalmente cuando cierro los ojos.

Julio Cortázar.

___________★___________


La llegada.

La camioneta se estaciona frente a la entrada del palacio repleto de autos y de personas.

Un dèjá vu pasa por mi mente, el recuerdo de Mikele y yo entrando bajo los flashes de las cámaras, cierro los ojos recordando escenas similares y así me quedo por unos segundos.

Vuelvo abrir los ojos y me volteo hacia Doménico, su mirada se posa en mis ojos y mi mirada en sus ojos manteniendo un contacto visual.

— Estoy lista.

Digo con tanta seguridad que hasta yo me lo creo.

— Hagámoslo.

Doménico baja primero que yo y la atención es dirigida a él, no por completo, pero uno que otro flash se ve enfocado en él, los susurros también y a pesar de estar dentro de la camioneta puedo ver cómo susurran mientras lo miran.

Doménico se posa en la parte de afuera de la camioneta y abre la puerta que deja ver mi vestido. Estira su mano y la tomo saliendo por completo, mi cabeza se alza y los flashes se disparan por completo dejándome ciega por un segundo.

Los periodistas se acercan a mi con muchas preguntas y mi seguridad los mantiene alejados. Camino tomada del brazo de Doménico hasta adentro del palacio.

Mi primera impresión es ver todo nuevamente, todo está igual a como lo recordaba, igual a cuando estaba con él...

Camino hasta el salón de eventos donde me detengo frente a la puerta, los guardias allí hacen una reverencia la cuál no le doy mucha importancia.

— Abre.

Digo sin titubear.

Las puertas se abren de par en par y todo se detiene ya que estaban a media presentación y entrar a un lugar así es considerado como irrespeto.

Las miradas caen sobre mi, camino hasta la tarima sin emitir palabra y nadie dice nada, no se ha oído ni un solo susurro, el ambiente pesado y las personas procesando lo que estoy haciendo.

Subo a la tarima dónde la persona que estaba cantando aún procesando lo que está pasando se hace a un lado automáticamente. Nadie ha dicho nada, no hay ni un solo sonido, todo está en absoluto silencio.

— Buenas noches —digo por el micrófono—. Lamento no haber avisado de mi llegada, pero como saben amo las entradas triunfales, es mi marca.

Una risa se escucha en el fondo y muchas de las cabezas voltean hacia esa risa. La misma persona que se rió empieza a aplaudir y acercarse hacia la tarima.

— Si que te gusta impactar, Camelie —dice Brenly—. Nada nuevo, prosigue.

Casi se me escapa una sonrisa con su comentario, me alegro mucho por verlo, pero eso no se demuestra, no ahora.

— Solo vengo a decirles que volví —digo mirando a el público—. Volvió su futura reina.

Brenly empieza aplaudir y muchas personas lo siguen. Bajo de la tarima y salgo del salón con los nervios hasta en el cabello.

LO INEVITABLE DE LA GUERRA [BIOLOGÍA CM #2] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora