Había llegado a mi casa con una expresión molesta por lo que había sucedido momentos atrás, tiré la mochila a un lado de mi habitación enfurecida, debía calmarme, pensar en otra cosa. Arthur no tardo en darse cuenta de lo que estaba pasando y fue a mi habitación preguntándome qué me pasaba.
- ¿Todo bien, Charlotte?-preguntó el hombre.
- ¿Eh?, oh, si, está todo... bien... todo... genial-sonreí falsamente, no quería hacerle preocupar al hombre, y mucho menos explicarle cómo es que reniego del amor y de todo tipo de actos y muestras que tengan que ver con ello, es una larga historia y sobretodo un trauma que nunca superé.
Arthur me veía no muy seguro de mi respuesta pero decidió ignorarlo.
- ¿Qué tal tu primer día en una escuela de humanos?.
Rápidamente mi expresión se tornó a una emocionada.
- Fue genial, estuvo bien ver lo que estudian los humanos, además de que hice nuevos amigos.
- Eso es increíble, me alegro mucho-sonrió.
- De hecho, he quedado con ellos aquí, ¿Crees que hay hueco libre en la cafetería?-pregunté a pesar de que la cafetería estaba ahora mismo a rebosar de gente.
- Claro, os haré un hueco.
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Habían llegado las 17:00 de la tarde, hora en la que había quedado con Alya y los demás, estaba ayudando a Mandy, mi compañera empleada a preparar los pedidos de la gente cuando de pronto llegaron, le dije a Mandy que les llevara a la mesa del que Arthur les había reservado y me fui a su mesa, quería que se sintieran como en casa.
- Bienvenidos chicos a la cafetería Prince- sonreí guiñando un ojo- ¿Como estáis chicos?-les saludé.
- Vaya Charlotte, si que hay mucha gente-dijo Marinette viendo alrededor.
- Así estamos todos los días, hasta arriba de gente-comenté-por algo es una de las cafeterías más populares de París - ¿Que cómo lo sé? Pues por Arthur, quién si no-pero en fin, ¿Qué queréis tomar?-dije con el lápiz y nota preparada para apuntar el pedido.
- Bien, yo querría una malteada-dijo Alya.
- Lo mismo que ella- comenta el moreno.
- Para mí un café helado- siguió la azabache.
- Yo quisiera un té frío -finalizó el rubio.
Anoté ambos pedidos y me dirigí a la barra para prepararlos, la pobre Mandy estaba hasta arriba de pedidos, de modo que la ayudé para así aligerar su presión ya que la notaba un poco estresada, debo decirle a Arthur que contrate más personal, Mandy va a acabar calva de tanto estrés.
Ya preparadas las bebidas me dirigí hacia la mesa donde se encontraban mis amigos entregándoles sus respectivos pedidos.
- Aquí tenéis chicos, cortesía de la casa-guiñé un ojo.
- Vaya Charlotte, tienen muy buena pinta- dijo la ojiavellana.
Iba a sentarme, pero en ese momento un portazo hizo resonar todo el local alertando a todos los clientes y a mis amigos, un hombre de mediana edad, bastante fornido y con cara de pocos amigos había irrumpido en la cafetería, repito fornido porque literal me sacaba dos cuerpos.
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Amor por obra del destino (Miraculous Ladybug)
FanfictionA veces las cosas ocurren por un motivo, el destino de cada persona está escrito, incluso el amor. ¿un ser sintético y un humano pueden enamorarse? Descubre está historia llena de emoción y aventuras.