- Dos, tres, cuatro, cinco y seis, ¡siii!, te gané - celebró la rubia.
- Hey, eso no vale- dijo la de mechas moradas, ambas rieron.
Estaba en casa de Rose junto a Juleka, habíamos quedado a pasar el rato en su casa jugando y hablando de cosas, ambas jóvenes jugaban al parchís mientras yo me encontraba dibujando lo que se me viniera a la mente, a veces el dibujo era un método antiestrés para mí, a parte del piano y el baile. Tantas batallas y muchas emociones durante todos mis viajes como protectora del universo eran demasiado agotadores, pero era una tarea que debía cumplir. Había pasado un mes desde que aterricé en este mundo por accidente, cada día aprendo más de los humanos, sus costumbres, las cosas que les gustan y las que les desagradan, aprendí que ellos también tienen responsabilidades como humanos al igual que yo como protectora aunque en mi caso sea más diferente.
- Hey Charlotte, ¿Que dibujas?- preguntó curiosa Rose acercándose hacia mí
No supe responder, estaba tan sumida en mis pensamientos que no supe lo que estaba dibujando, Rose quedó asombrada por mi dibujo.
- Wow Charlotte, es increíble, dibujas muy bien, incluso Nathaniel quedaría muy impresionado, ¿Por qué no se lo enseñas?- Rose se la veía emocionada.
- Mola- dijo Juleka en tono bajo.
- No es nada, solamente es un pequeño boceto- me lleve la mano a la nuca.
- Que va, es precioso, deberías enseñárselo- esta chica desprendía alegría pura, podía sentirlo.
En eso, el teléfono de Juleka sonó, la joven pelinegra de mechas respondió la llamada mientras Rose y yo nos manteníamos escuchando.
- Es Alya, nos ha dicho que nos reunamos en la plaza del Trocadero a ver la carrera de Alyx y Kim.
- ¿Carrera?- pregunté.
- Eso dice- respondió.
Nos dirigimos las tres hacia la plaza del Trocadero viendo a todos los compañeros de clase allí.
- Hemos llegado- dijo Rose.
- Llegáis justo a tiempo chicas- dijo Alya- estamos esperando a Alyx.
Nos colocamos Juleka al lado de Alya, Rose a mi derecha y yo al lado de Marinette, quien traía un mantel bordado por ella misma.
- Bonito mantel Marinette- sonreí.
Los demás se sorprendieron por el gran trabajo de la azabache, el rubio quien también se encontraba allí felicitó a la joven de coletas poniéndose ésta nerviosa.
- Sois el bando perdedor, Alyx no va a aparecer, demasiado gallina para competir con un atleta como yo- dijo Kim con aires de superioridad.
En eso aparece la pelirrosa.
- No cantes victoria, Kim.
Los demás animaban a la joven pelirrosa, Max comenzaba a explicar las normas de la carrera para evitar ciertas trampas que se pudieran cometer, más por parte de Kim, quien podría hacerlo. Ambos se colocaron en posición, pero antes de dar la cuenta final para comenzar la carrera la ojiazul le entrego una especie de reloj de bolsillo a la azabache.
- Guárdame esto Marinette, no quiero que se me caiga al suelo- dijo entregándole el objeto.
Volvió a colocarse en posición dando por comenzada la carrera, ambos iban igualados, todos animabamos a la pelirrosa, mientras Alya grababa la carrera con su móvil, veía la escena de aquellos jóvenes con concentración pero algo en mi me hizo ponerme alerta, el reloj que la azabache sujetaba se le resbaló, llegué a cogerlo a tiempo antes de que cayera al suelo. Suspiré de alivio pero no por mucho tiempo, la rubia oxigenada me quitó el objeto.
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Amor por obra del destino (Miraculous Ladybug)
أدب الهواةA veces las cosas ocurren por un motivo, el destino de cada persona está escrito, incluso el amor. ¿un ser sintético y un humano pueden enamorarse? Descubre está historia llena de emoción y aventuras.