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Después de escuchar aquello solo pudo hacer lo que creyó correcto. Huir. Abandonó a Jungkook en medio de su posible confesión no supo cómo tomarlo simplemente creyó no estar listo para afrontar qué ahora si lo quisieran.

Tras pedirle a la banda lo llevarán a su casa, avisando a Joon se refugio en las cuatro paredes de su habitación. La escena de hoy, las palabras de él seguían alojadas en su mente y por más que trato no concebía la idea de haber sido suficiente como para que Jungkook deje a Hoseok.

Es decir se atrevió a contarle de los besos y caricias qué ambos tuvieron, le dijo lo confuso que se volvió todo únicamente por su aparición estelar en su vida. No podía creerlo, y debería estar saltando de alegría pues Jungkook le correspondía pero no lo sentía de aquel modo, al contrario tenía miedo.

Miedo de defraudar esa pequeña posibilidad entre ambos, miedo de demostrar aquel lado de él que nadie quería, miedo de tener que enseñarle qué su mundo no era completamente de diversión y elocuencia, qué quizás no logrará enamorarse también de esa parte de él que excluye totalmente su libertinaje y sonrisa perfecta.

Revisó su teléfono apresurado y no encontró ningún mensaje de él, y si quizás Jungkook tomó su escape como una negativa. No quería que fuese así, pero lo cierto era que quería saber cuanto estaría dispuesto a dar por él, la simple idea de que fuese tan importante como para intentar conquistarlo le hacía explotar el pecho, pensar que Jeon dejaría todo solo para curar aquel daño que causó, le hacía latir el corazón con más rapidez, pero también lo hacía desilusionarse pues existía la posibilidad de que no lo hiciera.

Se recostó en la cama y agradeció qué al día siguiente fuera sábado para no tener que enfrentarlo. Su mente lo llevó a aquel día en el que fue por primera vez a la casa de Jungkook, recordó lo alegre del señor y la señora Jeon por ver un nuevo rostro, la habitación de este llena de figuras de colección qué se tomó el tiempo de explicarle aunque actualmente no recuerde mucho, recordó las veces que se reunieron allí a avanzar aquel libro, la ligera union de sus cuerpos, el roce de sus hombros y la expresión de ambos cambiando mediante la historia se volvía más tensa.

Aquella vez miró a los ojos de Jungkook y supo que todo se estaba saliendo de control.

Suspiró y continuó ese tortuoso pero placentero camino a aquellos momentos en los quedo completamente atrapado por aquel individuo. La vez que este repaso su mano en su mejilla con tanta delicadeza como nadie jamás lo había tocado antes, y como después de aquello lo beso, aquel beso tan suave que no estaba seguro a que lo llevaría sino solo a desesperar su corazón y hacerlo perderse por completo. Podría contar cada experiencia con Jungkook durante esos tres meses completos y sabría con certeza porque decidió quererlo de aquel modo.

Se cubrió con la sabana hasta ocultarse totalmente y pensó si para él también había sido especial cada detalle.


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Enemies to lovers [KOOKGI] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora