either way | annyeongz

3

La tarde dorada se desplegaba sobre el tranquilo campo donde Yujin había pasado toda su vida. Los campos verdes ondeaban suavemente con la brisa mientras el sol se sumergía lentamente en el horizonte. En la modesta casa de madera, una pequeña reunión que habían organizado su padre y su madre junto a sus amigas se llevaba a cabo en honor a Yujin, quien se preparaba para dejar atrás su hogar y buscar su destino en la ciudad.

La mesa del comedor estaba decorada con un pastel casero, adornado con notas musicales y un mensaje de despedida, la sonrisa de Yujin irradiaba emoción y nostalgia mientras miraba el pastel que su madre había preparado con tanto cariño. Dejar el campo donde creció sería un paso muy duro en su futuro. Su padre le dio una suave palmada en el hombro, transmitiendo su apoyo y ella le dió una sonrisa de dientes grande y genuina.

—Aún no puedo creer que te vas,—murmuró Liz con la boca llena de pastel, Gaeul le tiró una servilleta en el rostro y ella rió feliz contagiándole la sonrisa a Yujin.

—Eso no significa que no nos seguiremos viendo, somos amigas hasta la muerte.

—No nos cambies por las universitarias, eh.

—Saben que jamás lo haría.

Gaeul sonrió y luego su mirada se posó en Leeseo, quien estaba sentada mirandolas a todas.

Sonrió burlona antes de hablar,—¿Pasa algo, Seo?

La menor negó y Yujin sonrió ampliamente al notar los ojos cristalizados de la menor.

—¿Mh, qué pasa Leeseo? ¿Estás bien?

Leeseo frunció el ceño antes de menearles la cabeza, se estaban burlando de ella.

Yujin se levantó hasta estar al costado de su amiga y le tomó el brazo.

—¿Estás llorando, Seo? ¿Tú? ¿La misma que dice que no es sensible y que siempre me molesta?

A pesar de las palabras de Leeseo, sus ojos delataban sus verdaderos sentimientos. Yujin la miró con complicidad antes de abrazarla suavemente.

—Sabes que también te voy a extrañar, Leeseo. No tienes que ocultarlo, pequeña.

Y cuando Gaeul y Liz compartieron una risa cómplice, la menor dejó que sus lágrimas salieran antes de envolver a Yujin en un abrazo, Yujin la recibió con calidez y rodeo su cuerpo reconociendo la emotividad del momento.

La reunión continuó, con risas y conversaciones animadas. El pastel desaparecía lentamente, pero los recuerdos y el cariño compartido permanecerían intactos.

A medida que la tarde se convertía en noche, el campo se sumía en la oscuridad, y la casa se llenaba de una sensación agridulce de despedida. Yujin sabía que este era un paso necesario en su camino hacia sus sueños musicales en la ciudad, pero también sabía que llevaba consigo el apoyo y el amor de su familia y amigos.

Y ya se acercaba la hora de su partida, ahora mismo, estaba tomando sus maletas para dejarlas en la camioneta que la llevaría al terminal de buses.

Con las maletas listas, Yujin se dirigió hacia la camioneta estacionada frente a la casa. Sus amigoa y familia la rodearon, cada uno con una expresión de cariño y apoyo en el rostro. Leeseo se secó las lágrimas y le entregó un pequeño paquete.

—Para que no nos olvides, Yujin, hicimos este collar de la amistad con el set que le dieron a Leeseo en su clase de diseño.

Yujin sonrió y aceptó el regalo con gratitud. —Voy a tenerlo puesto siempre.

Gaeul, Liz y Leeseo se acercaron para darle un último abrazo antes de que subiera a la camioneta.

La madre de Yujin la abrazó con fuerza y le susurró al oído: —Siempre estaré aquí para ti, sin importar la distancia.

Su padre asintió con una sonrisa y le dio un fuerte apretón de manos. —Ve y persigue tus sueños, Yujin. Estamos orgullosos de ti.

Con una sonrisa decidida, Yujin subió a la camioneta y se despidió una última vez antes de partir hacia la ciudad. Mientras se alejaba, miró por la ventana hacia su hogar y sus seres queridos, llevando consigo el amor y el apoyo de su familia y amigos en esta nueva aventura que la esperaba en la ciudad, lista para enfrentar el futuro con valentía y determinación.

Su destino: la ciudad.