—3—
La cuerda floja
Todo el personal del circo había sido convocado para una reunión aquella mañana. Por lo que los rumores decían, se trataba de la presentación del nuevo espectáculo y el rol que tomaría cada uno dentro en él.
Como se venía haciendo durante muchos años, cada función formaba parte de un todo mayor. Así pues, el número de trapecio de Felix o el de contorsión de Hyunjin, narraban un capítulo de la historia que iniciaba con la primera nota musical y culminaba con el último aplauso tras un par de horas.
Entre los artistas circenses de apostaba la nueva idea, aportando desde la idea más sosa hasta las más alocada.
—Tenemos animales, así que no creo que sea algo tan diferente —comentaba una de las acróbatas, quienes estaban hechas piña en una esquina.
—También tenemos roles muy definidos dentro del circo, y no ha habido audiciones para nuevos artistas, así que seguiremos todos los que somos —dijo otra.
—Sólo espero que esta vez le den un rol más protagonista a Christopher —chilló una de ellas, y todas empezaron a corearla en un bullicio de emoción—. Sé que mucha presión para el león no es bueno, incluso puede ser peligroso, pero mírenlo... —Todas se giraron en la dirección que esta miraba, suspirando al unísono—. Es tan guapo.
El grupo de las acróbatas no paraban de hacerle ojitos al domador, quien más que percatarse de ello parecía perdido en los asuntos de su mente.
La emoción de las chicas era tal, que no se dieron cuenta que alguien se encontraba parado tras ellas.
—¡¿Y qué hay de mí?!
Las chicas se asustaron cuando aquella voz sonó, sacándolas de su fantasía. Las tres se giraron, observando al individuo de pies a cabeza.
—¡Minho, casi nos matas del susto! —exclamó una de ellas.
El recién llegado era conocido por todos como el sol del circo, y se encargaba de caminar en la cuerda floja. Sus rasgos eran delicados, y poseía unos enormes ojos almendrados y expresivos. Tenía una expresión dulce, como una pequeña florecilla, pero un carácter tan fuerte y arrollador que a veces Hyunjin se quedaba corto a su lado.
—Estás bien, supongo —comentó una de las acróbatas.
—A palabras necias oídos sordos —dijo él, antes de decirles una última cosa—: Si yo estuviese en vuestro lugar no miraría tanto al domador, no vaya a ser que la fiera acabe con vosotras —comentó pasando de largo de las acróbatas.
Las chicas no entendieron las palabras del equilibrista, así que en su lugar continuaron suspirando perdidas en Christopher. Eso sí, sin saber que la fiera en cuestión alteraba miradas rápidas entre ellas y él, buscando algún ápice de respuesta por parte de él al bullicio de las jóvenes. Pero no encontraba nada.
—¿Has hablado con él? —le cuestionó Felix, a lo que Hyunjin negó con la cabeza.
—¿Tú ya sabes quién te regaló las flores? —le preguntó ahora su amigo, y Felix notó sus orejas tan calientes que le comenzaron a picar.
—No —mintió, aun cuando se sentía tan mal al hacerlo—. Seungmin no me lo ha querido decir —dijo, pero el contrario estaba tan perdido en el domador que parecía no escucharle.
Sabiendo que no tenía nada que hacer o que decir en consecuencia a los problemas que aprisionaban a Hyunjin, decidió mirar al frente y esperar paciente a que alguien dijese algo sobre el nuevo espectáculo. Su sorpresa fue, sin embargo, ver a Changbin aparecer algo aturdido, como si no supiese qué estaba haciendo allí.
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El circo de los soñadores - ChangLix
FanfictionExiste un lugar en donde la magia parece posible y el mundo de la fantasía se mezcla con la realidad. Donde tanto jóvenes como adultos viven experiencias extraordinarias que los llenan de asombro, experiencias que vienen dadas por aquellos capaces d...