Capítulo-15 Adiestramiento provechoso

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14-noviembre-1899.

Strawberry — Big Valley.

Después de despedirme de Tilly, John, Jack y Abigail, me alojé en el centro de bienvenida de visitantes de Strawberry, por estar cerca de la casa de Francis Sinclair. A partir del día siguiente, Francis me ayudó a desarrollar mi habilidad. Primero de todo hizo que nos sentáramos a jugar al ajedrez.

—El objetivo no es ganar, si no predecir que jugada voy a hacer y anteponerte a ella.

—No soy adivina y como bien dijiste en una ocasión, el futuro no está escrito.

—Ciertamente, pero en el ajedrez como en todo, conocer todas las variables posibles te ayudará a determinar lo que es más probable que ocurra, y en consecuencia anticiparte a ello.

Durante toda la tarde jugamos al ajedrez, en las primeras partidas me ganaba todo el rato porque yo era muy mala con un juego que no me gustaba ni me apasionaba. En las siguientes empecé a ganar en algunas y en otras quedábamos en tablas. Al caer la noche le ganaba en todas, habiendo afianzado mi capacidad para determinar las probabilidades de cada movimiento y anticiparme a ellos.

Al día siguiente subió la dificultad jugando al póker de manera figurada con 5 oponentes imaginarios a parte de él mismo. Nuevamente, me indicó que el objetivo no era ganar, si no tratar de deducir las cartas que podría tener cada uno de mis posible contrincantes. Al igual que con el ajedrez al principio no lo hacía muy bien por no estar acostumbrada a manejar un número tan elevado de variables. Conseguir acertar en todas las ocasiones de manera reiterada me llevó varios días.

Una vez que dominaba la capacidad de prever las distintas variables de todo, dio una vuelta de tuerca más haciéndome jugar sola con siete contrincantes imaginarios. Francis se ocultaba de mi vista para ocasionalmente tratar de asustarme, distraerme o provocar ruidos fuertes con la intención de distraerme. El objetivo del entrenamiento más bien consistía en centrarme tanto en mi don que ignorase el resto del mundo. Nuevamente, lograr a desarrollar la concentración suficiente me llevó días. Hasta el momento era capaz de prever las variables de múltiples objetivos sin perder la concentración ante interferencias externas. Sin embargo, algunos días después, mientras practicaba mi capacidad de abstracción, Francis me golpeó con una vara de madera.

—¿Qué haces? —dije desconcertada.

—Debías de haberla esquivado.

—No puedo mantenerme en trance y al mismo tiempo estar atenta a lo que pasa a mi alrededor, es más, me has adiestrado para que no me distraiga.

—Por supuesto, nada debe romper tu concentración, pero aun así debes estar atenta a posibles peligros, si alguien te quiere atacar no debe pillarte por sorpresa.

—Tú no eres una amenaza, porque de haberlo sido, habría sentido un escalofrío que me habría alertado.

—El objetivo de este nuevo entrenamiento consiste en lo que se conoce como multitarea. En realidad la capacidad de realizar múltiples tareas a la vez no se descubrirá hasta 1920 y el termino no se acuñará hasta 1960, pero la cuestión es que puedes hacer múltiples cosas a la vez, tu mente debe estar centrada en el cálculo de variables y el don de la anticipación, pero tu cuerpo debe estar pendiente de su entorno mediante el uso de los sentidos como la vista, el olfato, el oído entre otros. A está escisión entre cuerpo y mente la denominamos "actuar en piloto automático", el termino no se usará hasta dentro de unos años, pero eso es lo de menos.

Durante los siguientes días Francis Sinclair me hacía mantenerme ocupada calculando variables absurdas que me hacían perder la paciencia, sorprendiéndome en reiteradas ocasiones, golpeándome o asustándome. Después de una semana de fracasos terminé con el cuerpo dolorido de tantos golpes. Sin embargo, algunos días después comencé a reaccionar esquivando sus golpes, para acabar afianzando el entrenamiento en un par de días más.

La paradoja de SadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora