🩸 Narrador Omnisciente 🩸
~Día 353~
Cuando las cosas parecen estar calmadas, siempre es por qué algo está por ocurrir.
Dentro del campamento, ya todos duermen. Todos están descansando, a excepción de los que hacen la guardia de noche.
Ellos se mantienen atentos, y entre los nueve que están en lugares estratégicos de vigilancia, se encuentra Deirdre. El mismo irlandés que se hizo amigo de Amber y el grupo de tres, días después de que ellos llegaron.
Su mirada está atenta del otro lado de muro, pero eso cambia cuando decide observar hacia el interior del refugio, hacia donde están todos durmiendo.
Lleva días queriendo ir a visitar a su novio, y eso lo único que necesita para poder estar feliz.
Sin embargo, en el momento en que ve salir a alguien del contenedor que usan como lugar médico, su expresión de cansancio, es remplazada por una linda sonrisa.
Conrad, da unos cuantos pasos hasta sentarse en una de las bancas con una taza de café y un libro algo grande que el guardia sabe, que tiene información médica.
A pesar, de que el mundo se acabó, Conrad no quiere dejar de aprender cosas que aún no sabe respecto al tema.
El aprendiz, en un intento de beber su café, termina quemando su boca y con eso derramando un poco del líquido caliente, en su pecho.
La zona afectada arde tanto, que decide entra al contenedor, para poder atender el accidente.
A unos metros de ahí, en el muro, Deirdre se acerca a uno de sus compañeros, el cual parece querer dormirse.
—Oye, espabílate —el guardia se asusta y se tambalea —. Iré a ver algo para la jaqueca. Si quiero terminar de vigilar, necesito unas cuantas pastillas.
—Bien, pero no tardes.
El irlandés decide bajar por la pequeña escalera y a paso rápido se encamina a donde quiere.
Una vez llega, abre la puerta, encontrándose con el chico que quiere.
Él está de espaldas y sin la camisa, haciendo algo.
—Hola, ¿Qué pasó? —Conrad voltea con rapidez y se calma a ver de quién se trata.
—Hola. Solo derrame café muy caliente en mi ropa y me queme.
Deirdre deja su rifle de alto alcance, cerca de la puerta, y cierra esta antes de avanzar hacia su novio.
—Déjame aplicarte el ungüento —él se lo entrega y con cuidado el pelirrojo se hace cargo de todo.
—Sabes que debemos hablar ¿No? —dice el médico, quedándose quieto, mientras siente la presencia de él, tan cerca, que eso lo hace relajar.
—Lo sé, pero no quiero hacer eso ahora —Conrad resopla —. Es que entiende, nos la pasamos trabajando, informando de todo lo que pasa aquí, dando detalles de lo que hacemos a las personas que debemos, a ella en general. Y a veces no tenemos ni tiempo para nosotros. ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos juntos, sin tener tanta prisa?
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X - ENS: Dónde Todo Comenzó© - Saga: X - ENS - Libro #2
Terror🩸Segundo Libro de la Saga: X - ENS🩸 Luego de todo lo que tuvieron que pasar, y de meses andando de aquí para allá, Amber, los chicos y Aitana tienen la oportunidad de estar en un lugar que le ofrece seguridad. Sin embargo, un mal movimiento de las...