Capitulo 6

2.1K 296 115
                                    


"Daré amor por qué es lo que nos falto"

El señor nos veía raro, era ya un vejete de aproximadamente 60 años, tenía un bigote y barba chistosa acompañada de una tonta sonrisa.  Oh, y unos lentes.

Lo odie desde el momento que lo ví.

–Tenemos de promoción una combo para parejas,
con 8 alitas, puré y ensalada–nos dice alegre tras la caja registradora.

Aunque, ante la mención de la palabra Pareja, veo a mi amigo tensarse y desviar la mirada incómodo, después de todo me rechazó hace menos de 5 minutos.

–No somos pareja, me rechazo–digo tranquilo, mis emociones ya se habían aplacado.

El anciano me ve con tristeza y toma mi mano.

–Oh lo siento, es que desde la ventana los ví tan acaramelados, bueno, tambien tengo paquetes de rechazados...digo solteros con un 10% de descuento.

Dice el señor aflijido y Suguru más  incómodo por parecer el villano de esta historia, se va en busca de una mesa.

–Quiero ese entonces, y dos...no, cuatro helados.

–Claro, el azúcar remedia los males del corazón.

Después de pedir y recibir la orden voy con Suguru el cual seguía avergonzado por todo lo sucedido.

–Ya, solo es un viejo raro, mejor comamos –le extiendo la cubeta con alitas y el toma una.

–Lo siento.

Yo le resto importancia y empiezo a comer, realmente tenía hambre y ni siquiera un rechazo me quitaría el apetito.

-----

Conforme los meses pasaban mi vida fue tomando un rumbo muy diferente a mi original línea temporal, tal vez mi madurez de 30 era la causante, o el hecho de poder estar con mis amigos, no se a ciencia cierta.

Solo se que como adulto responsable estaba criando a un niño, hijo de un hombre que odio. En mi otra vida solo me  límite a darle el dinero y darle las comodidades necesarias, no involucre sentimientos y lo veía solo como un niño talentoso. Sin embargo, y siendo sincero, el remordimiento me vencía y queria darle al pequeño una vida más alegre, la imágen de el siendo consumido por Sukuna no se iba de mi cabeza.

Para evitarle el dolor de su hermana, decidí enviarla a Australia con la excusa de que podría estudiar ahí, le di mi promesa de ser un tutor presente.

Además Megumi podía crecer como un niño normal al lado de Mimiko y Nanako, las cuales lo tomaron como su hermano mayor. También era mi perfecta excusa para pasar casi todos los días al lado de las persona que amaba.

Con los años nos llenaba de orgullo ver a nuestros hijos adoptivos crecer juntos. De igual forma busque darle más amigos.

–Hablale al niño –despues de un día de escuela lleve a Megumi a un parque el cual ya había investigado antes, solo estábamos nosotros tres, el tercero era un niño un poco más pequeño que el hijo de Toji.

–No,...puedo jugar solo –Megumi hace un berrinche y se niega a acercarse al más pequeño.

–Vamos, serán compañeros de juego.

El vuelve a negar y decido darle un empujoncito. Tomo la pelota de plástico con la que mi hijo estaba jugando y sin usar mucha fuerza la lanzo en dirección al niño.

–¡AUCH!

Bueno, mi fuerza normal en si ya era sobrehumana, veo con pena al pequeño en el suelo buscando con su mirada acusadora al culpable.

Tiempo y Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora