El diario de Dior

Otro latino en NY

Una vida tan corta. Yo pudiera estar por ahí recorriendo el mundo...pero no. Tener que hacer malabares para pagar la renta. Ya ni familia tengo, porque se me ocurrió la dichosa idea de venir a estados unidos para así tener un mejor futuro. La peor metida de pata, si me preguntan. Mis familiares creen que estoy lavando oro y prefieren que yo me sacrifique a volver con las manos vacias. Ya les he contado cientos de veces lo cara que es la vida aquí, pero como que no lo asímilan. Sin contar la delinquencia, que me ha llevado a perderle el valor a lo poco que he conseguido, porque se que en cualquier momento me despojan hasta de mis zapatos. El otro día me robaron la pasola, no me sorprendió porque ya me lo esperaba, sin embargo la frustración era una consecuencia inevitable. Habría que estar bien desalmado para no lamentar cinco meses de trabajo duro, llevados en una noche de lluvia. La vida se ha encargado de borrar ese color optimista con que la ven algunos. En primer lugar nunca fui tan soñador. Con nieve, un avión, una montaña rusa y parque acuático me conformaba. Ya he tomado 4 aviones, siempre creyendo que va a ser el ultimo. Este año fue el único que no nevó y mi trabajoy compromisos no me han permitido ver las últimos dos. Ya estoy cansado, aunque aunque algo sorprendido porque estaba seguro que no aguantaría tanto. Los limites humanos son a veces sorprendentes. Si la castidad es sinónimo de pureza, en esta por lo menos tengo el cielo ganado, claro que no ha sido algo voluntario. Los altos estándares femeninos, frutos de la geografía y su procedencia, sumando lo poco que me sobra, son las razones principales por las que sigo siendo fiel. Quizá este exagerando y algunos hasta desearían estar en mis zapatos, pero creo que esto de sacrificarse 20 años de mi juventud para vivir una buena vejez no se hizo para mí.