un dia cualquiera

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Hoy de camino aquí, al abordar el autobus como de costumbre, esta vez me toca ir parado debido a que no habian asientos vacíos. Sin embargo consideré que aquello fue lo mejor que me podía pasar, ya que me encontraba frente a la mujer más bella que haya visto en mucho tiempo. Tenía un rostro imponente, que te hacia sentir intimitado, y a la vez atraido. Una mezcla de imaginacion y deseo inundaron mi mente, haciendo que en tan solo unos minutos pintara todo un futuro a su lado. Estaba casi seguro de que aquella dama seria capaz contestar varias de mis interrogantes acerca de la vida. Aparentaba ser casual, fingiendo que estaba distraido en mis propios asuntos, a pesar de que en realidad en ese momento mi mundo giraba entorno a ella. Cada vistazo timido era una nueva sensacion de impresión, admiracion y deseo, simplemente no podia creer como se alojara tanta hermosura en un cuerpo que a lo mejor ya pasaba de los 30 años, y que aun así conservara todos los atributos de la juventud. No me había hablado, no obstante ya imaginaba la simpatía de su personalidad, osando compararla con sus preciosos ojos verdes. La miré de arriba abajo y note que era casi perfecta: lucía inteligente, capaz, decidida, y su Mirada denotaba cierta confianza. Era el ejemplo perfecto para representar lo que mas se acercaba a mi esquema de belleza.

Al llegar a su destino, conciente de que algo así no se iba a repetir, eché un ultimo vistazo a su espalda, viendo como se alejaba aquella mujer hermosa, llevandose mi distraccion consigo y devolviendome a mis preocupaciones cotidianas...

El diario de DiorWhere stories live. Discover now