Los sonidos de ambos se mezclaban dentro de la habitación, suspiros y quejas eran una sinfonía para ambos. Y es que este tipo de encuentro era normal y necesario para el par.
— Creo que es suficiente por hoy
solo asintió dándole la razón, su cuerpo estaba cansado, pegajoso y cansado— ¿Debería irme ya? Tus compañeros volverán en cualquier minuto.
— Podría ser.
— ¿Realmente solo dirás eso?
— ¿Que más quieres que diga? -
Hee-ran lo miro indignada, habían estado toda la tarde compartiendo más que un simple saludo para que él solamente dijera "podría ser". Se levantó de la cama para buscar su ropa por la habitación, estaba cansada de esa relación si es que así se le podía llamar. Con Joshua se conocían hace bastante tiempo, incluso antes de que se uniera a Pledis, siempre habían mantenido este tipo de relación media ventajosa más nunca había nada de por medio mucho menos cuando eran compañeros de clases y ahora ya bastante crecidos parecía que la intenciones no cambiaban.
Al menos por parte de él — Joshua, ¿cuánto más seguiremos así?
— ¿De que hablas Hee-ran?
— ¿De que hablo?, de nosotros, de esto - se señaló a ambos- llevamos más de dos años en lo mismo, sin contar el tiempo en América, esto... ¿Que se supone que es esto?
— Somos amigos Hee-ran
— ¡¿Amigos?! ¿Hablas enserio? Pues vete consiguiendo otra amiga que te aguante estas cosas porque no pienso hacerlo más.
Se apresuró en colocarse las últimas prendas y salir de la habitación, estaba enojada, ¿amigos? Los amigos no se encerraban por más de tres horas a solo cojer claro que no. Se sintió estúpida al pensar que sus sentimientos por el habían cambiado y creer que los de él podían cambiar.
— Hee-ran espera, podemos hablarlo. —la agarro del brazo ddvolviendola a la habitación.
— No Jisoo basta, Tenemos 27 años estamos bastante crecidos para seguir así, si este tipo de relaciones van con tu vida de Idol, fantástico. Pero a mis 27 años no pienso seguir en esto. Quiero una relación estable, tener hijos y que alguien me valore por lo que le puedo dar a su vida.
— ¿Te estás escuchando? Eres manager, tu vida es tan fluctuante como la de un Idol. Viajes, conferencias, entrevistas, contratos. Pretendes dejar todo eso para ser ¿Para ser qué? ¿Una dueña de casa?
— Eres un idiota, un completo idiota Hong Jisoo. ¡Cuál es el problema si quiero ser una maldita dueña de casa! ¡Lo sabés! Te lo dije a penas pusiste tu maldito rostro en mi camino. Pensaba quedarme en Los angeles, tener una maldita casa en los suburbios y hornear pastelillos los sábados.
— ¡Pero que demonios pasa por tu cabeza! Eres una persona importante, pretendes tirar todo a la borda ¡¿por un hijo?! Por una casa con un perro y no se que otra tontería más.
— ¿Y CUAL ES EL MALDITO PROBLEMA?
Seungcheol escucho los gritos desde su habitación y ya podía imaginar que problema ocurría. Caminó lento escuchando como ellos se reclamaban algo que para él, Hee-ran tenía toda la razón.
— No entiendo porque te enojas tanto— Hee-ran era una mujer sensata a sus ojos y eso que solamente habían cruzado palabra una o dos veces — ¿acaso soy tu puta personal? ¿así me ves?
— No es eso Hee-ran.
— No entiendo entonces Jisoo, no te estoy pidiendo que formemos algo o no sé. Estoy diciendo que no más, no estoy dispuesta a seguir en algo que no tiene fin, entiendes que personas normales a los 27 años ya están en algo serio, están echando raíz.
No quiero seguir esperando a que cambie algo entre nosotros, y que mañana no sean 27, si no 30, después 35 y después no pueda cumplir algo que para mí es importante.