5. Inocencia

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Albiore recibe al niño que acaba de llegar a competir por la armadura de Andrómeda. El pequeño peliverde se ve demasiado inocente para ser un caballero ¿En verdad esta listo para el duro camino que le depara?

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-Yo... no quiero estar aquí pero le prometí... a mi hermano... que sería valiente y me esforzaría. Entrenaré, hasta convertirme en alguien muy fuerte ¡Y ganaré la armadura de Andrómeda para volver con el!

Las primeras palabras del niño empezaron quebradizas, pero terminaron siendo determinadas y firmes.

Albiore le preguntó cuál había sido la razón por la que había llegado a la isla de Andrómeda y quería convertirse en caballero. Sorprendentemente el niño dio una respuesta asi.

Aun así, Albiore dudaba mucho que este niño lograra convertirse en caballero.

Era muy pequeño

Muy débil

Muy tonto

Muy inocente

Tal vez la fundación Grand había engañado cruelmente a los niños antes de enviarlos a sus zonas de entrenamiento y no les dijo los riesgos que conllevaba el camino para convertirse en caballeros. Era muy probable que murieran. De los cien, menos de la mitad llegaron vivos al final del trayecto.

Y este niño... lo más seguro era que no lo lograra.

Su aspecto delataba infantilidad, no tendría más de siete años, su cabello verde revoltoso le llegaba a los hombros y su rostro mantenia tenia facciones tiernas y regordetas propias de su edad. El pequeño lo miraba fijamente con sus grandes ojos verdes, brillantes como las esmeraldas a causa de las lágrimas. Podía leer el miedo en ellos aunque el niño intentara ocultarlo con las cejas fruncidas. Sus brazos se pegaban a su cuerpo como si quisiera comprimirse hasta desaparecer.

Era un pequeño, tierno e iluso.

El mundo de un caballero no estaba hecho para personas asi.

Un corazón tan suave no podría sobrevivir en un entorno tan cruel.

Con los brazos cruzados y una postura erguida Albiore avanzó dos pasos y no pasó de largo como el niño retrocedió un pie. Estaban en la orilla, donde el embarcadero acababa de dejar al pequeño, la suela de su zapato se hundió en el agua y el sonido de las olas chocando con la costa se intensificó.


-¿Estás seguro de que tienes lo necesario para convertirte en caballero? - preguntó con severidad - los débiles no tienen cabida en las filas de Athena, tendrás que matar de ser necesario, tu cuerpo sufrirá heridas en las batallas e incluso antes de ser caballero. El camino hacia ahí será duro y retará tu resistencia, podrías morir en el entrenamiento sin alcanzar nunca a ser caballero ni a encontrarte con tu hermano. Aún así ¿Estás listo?

Sabía que sus palabras podían ser muy crudas para un niño, pero debía hacerlo consciente de todos los peligros que traía el ser caballero, y solo entonces los pensamientos del niño serían más realistas y menos ilusos.

El pequeño peliverde miró sus pies, nervioso. Abrió la boca, pero no logró juntar más de una sílaba por varios segundos.

-Esta bien si no quieres hacer esto - contestó el caballero de Cefeo - Puedes quedarte aquí el tiempo que consideres necesario sin necesidad de entrar a competir por la armadura. Cuando seas la suficientemente mayor puedes ir a donde desees y empezar una nueva vida ¿tu hermano no querría algo así para ti? ¿Qué te parece?

El mes del cosmos (Saintober)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora