Una sonrisa se formó en sus labios, había tenido una "reconciliación" con el Sultán después de que la estuviera evitando por mucho tiempo. Presumía una hermoso collar hecho de perlas preciosas y una joya más que lo resaltaba, difundió por dondequiera el nombre que Suleiman le había puesto a la joya “Perlas de Amor".
Hasta ahora solo habían dos joyas que el Sultán había otorgado a dos Concubinas suyas.
La primera joya fue el famoso “Anillo de Esmeralda” mismo que se le fue otorgado a Hürrem Kadin cuando esta había conocido al Sultán y habría pasado tres noches junto a el.
Y ahora estaba el segundo, “Perlas de Amor” el hermoso collar otorgado a Beyhan Hatun, la misma que tenía como apodo “El Sol Del Sultán”.
—— ¿Has visto el collar que el Sultán le obsequió a la señorita Beyhan? —— Pregunta en susurro una jovencita a su compañera
—— Sí por Allah, es realmente hermoso, escuché que el mismo Sultán lo había estado haciendo desde hace unos meses, se ve claramente el amor que el Sultán le tiene a Beyhan —— Responde la otra muchacha
Ese tipo de temas de conversación era lo que se dejaba escuchar por los rincones del Harén, varias mujeres opinaban sobre el collar que tenía Beyhan. Algunas optaban por qué era una muestra de amor y otra decían que era para reconciliarse.
Claro que esas conversaciones no pasaban desapercibidas por Nāzli Hatun, que pensaba mientras se encontraba sentada en uno de los cojines tomado jugo, pensaba en como sería ser una Concubina del Sultán, una mujer que solo el amara con toda su vida. Se habría tomado el tiempo necesario para poder saber todo sobre las mujeres del Sultán, quien más le llamaba la atención era la famosa Sultana Mahidevran, pues a lo que sabía está no había recibido alguna joya que fuera creada por el Sultán mismo.
—— Nāzli ——
La voz de una mujer hizo sobresaltar a la pobre francesa, quien a movimientos torpes se para de su lugar haciendo una reverencia ante la Kalfa, Firial Kalfa.
—— Debes de prepararte, hoy volverás a ir a los aposentos del Sultán, esta noche está asegurada solo para tí ——
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•La mirada fulminante de la castaña recorrió cada centímetro del cuerpo de su fiel sierva, misma que le había traído malas noticias hace unos instantes.
—— ¿Estás segura Gülsa? —— Pregunto una vez más
—— Muy segura mi Sultana, yo misma ví a la misma joven entrar a la hosada —— Respondió una vez más
Preocupada llevo una mano a su frente mientras cerraba los ojos con fuerza y apretaba su mandíbula, la tensión se apoderó de su cuerpo.
—— ¿Pero su Majestad no la rechazo? —— Pregunto buscando esperanza en la próxima respuesta
—— No, la acepto, me quedé un rato para ver si salía pero nunca salió —— Respondió la Hatun
—— Por Allah ——
Daba unos pasos en círculo, no podía con la desesperación que estaba atormentado su ser, ya llevaba ciertos meses en que el Sultán no le prestaba atención para nada, no prestaba atención ni siquiera a Beyhan Hatun, solamente había una mujer con la que el Sultán se la pasaba mucho tiempo.
Hürrem Kadin era la única mujer en que recibía al Sultán a sus aposentos o era llamada por este mismo.
El miedo a ser olvidada volvió una vez más en su vida.
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•Despertó sudorosa después de obtener aquel sueño raro a su parecer, un sueño que parecía como una fantasía total, un sueño hermoso pero raro.
Se vió a ella misma con un vestido totalmente blanco, no había mancha alguna sobre el, el lugar en donde se encontraba era totalmente tranquilo y sereno, estaba rodeada de varias rosas muy bien florecidas y hermosas.
Ella había tocado una de esas rosas, pero al momento de tocarla despertó de aquel sueño.
—— Sultana, por fin despertó, es hora de ir a ver como va la construcción de la mezquita ——
—— Bien, ayúdame a prepararme, este día debe ser perfecto, más que los días anteriores ——