Habrían pasado dos días desde que aquella jovencita visitará al Sultán. Habían varios rumores que corrían en las paredes del Harén, rumores tanto buenos como malos.
Muchas jovencitas decían que el Sultán olvidaría a la joven y otras decían que se convertiría en la nueva favorita del Sultán, habían contras y a favor.
La mirada de aquella mujer de hebras castañas observaba con atención a la joven que había ido con su Majestad, una tristeza invadió su ser al sentir que talvez era porque estaba perdiendo su juventud y eso ya no le gustaba al Sultán.
Con los ojos llorosos se dirigió con rapidez a sus aposentos.
Al momento de llegar no pudo aguantar el llanto y dejo que las lágrimas comenzarán a surgir, quería desahogarse.
—— ¿Madre? ¿Que sucede? ——
La voz de un niño le tomo por sopresa, al dirigir su mirada pudo ver a su hijo Mustafá con una expresión de preocupación.
Rápidamente se seco las lágrimas y sonrió.
—— No pasa nada hijo mío, solo que me siento un poco mal ——
—— ¿Segura? ——
—— Si hijo mío, no te preocupes, ¿Que sucede? ¿Que haces aquí? Creí que estabas en tus clases ——
—— Terminé temprano y quise venir a verla, Gülsa me dijo que no estaba así que decidí quedarme a esperarla ——
—— Hijo mío, de mi corazón ——
La mujer depositó un beso en la frente de su hijo para después abrazarlo, eso hizo confirmar las sospechas de su hijo, su madre estaba sufriendo pero se negaba verse débil ante el.
—— ¿Quieres ir a los jardines? —— Pregunto mientras su mano acariciaba la cabeza de su hijo
—— Por supuesto —— Respondió alegre
—— Pues entonces vayamos ——
Salió de sus aposentos con su hijo tomado de su mano, se podía decir que su relación era mucho mejor que la de Hürrem con sus hijos.
Para poder salir a los jardines debían de pasar delante del Harén, claro que lo hicieron pero lo que se escuchó no fue de agrado del Príncipe Heredero.
—— Su Majestad me volvió a llamar para hoy, pude lograr quedarme en su corazón y no fuí una mujer de una sola noche como ustedes lo piensan ——
Se trataba de Nāzli Hatun quien estaba hablando sobre su alegría infinita, el Sultán Suleiman la había vuelto a llamar y eso lo dejaba en claro al decirlo.
Mustafá miro a su madre con sus ojos tristes, entonces supo que era la culpa de su padre y de aquella Hatun que su madre estuviera triste. Con enojo camino hasta Nāzli Hatun, Mahidevran lo seguía.
—— Príncipe —— Hablo una de las criadas
Al momento de voltear todas hicieron una reverencia al ver que Mahidevran y su hijo Mustafá estaban en la entrada del Harén.
—— Tu, ¿Cómo te atreves a regocijar tu felicidad que es más una humillación para mí madre? ——
La jovencita había quedado perpleja, no sabía ni que hacer ni decir, encima que era la única que no hacía reverencia alguna ante la presencia de un Príncipe.
—— Guardias, encierren a esta insolente en el calabozo, ni siquiera muestra respeto ante la presencia de una Sultana y un Príncipe —— Ordenó Mustafá
—— Pero Alteza, es la favorita de su Majestad —— Susurro uno de ellos
—— No me importa si es o no una favorita, no muestra más insolencia ——
La joven miraba con desesperación a los guardias, que con pena, se la llevaron de aquel lugar. Paso por un lado de Mahidevran y también pudo notar la tristeza en ella.
—— Mustafá, ven aquí ——
El tono autoritario de su madre le decía que un regaño muy grande le esperaría, pero eso, no le importó en lo absoluto, cuando se trataba de defender el honor de su madre, no le importaba las consecuencias.
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•La mirada del hombre podía sentirse en aquel lugar, estaba completamente enojado, más por que había sido su hijo mayor quien había ordenado que encerraran a su favorita.
—— ¿Cómo se te ocurre ordene semejante cosa Mustafá? Yo soy quien da las órdenes aquí —— Cuestionó
El enojo en su voz era muy notoria. Mahidevran también se encontraba ahí, por más que quisiera meterse en la conversación para poder calmar las cosas, el Sultán siempre terminaba robándole la palabra.
—— Sé que está enojado Majestad, pero tampoco puedo permitir que se burlen de mi madre —— Respondió
—— ¿De qué estás hablando? Nāzli nunca le a faltado el respeto a tu madre ——
—— Eso es lo que piensa usted, pero esa joven quien es su favorita, se burlaba de mí madre, ni siquiera tampoco nuestra respeto ante una Sultana y un Príncipe, todos del Harén son testigos —— Explico con voz tranquila
La mirada de Suleiman se posó en el rostro de Mahidevran, por primera vez, se dió cuenta que estaba muy cansada, su rostro era más pálido y con ojeras y ni hablar de su cuerpo, estaba cada vez más delgada.
—— Retírate Mustafá, necesito hablar con tu madre —— Ordenó está vez más tranquilo
—— ¿Le hará algo? —— Pregunto alarmado
—— No, solo necesito hablar con ella —— Respondió
Y aunque no quisiera salirse, el asentimiento de su madre junto con una sonrisa le hizo tranquilizarse, sin más, hizo una reverencia ante su padre y se fue.
—— ¿Qué es lo qué sucede contigo Mahidevran? ——
—— Mi señor, no se a que se refiere ——
—— Solo mira tu rostro, mira tu cuerpo, estás más delgada de lo normal. ¿Te has estado sintiendo mal y no me lo comentaste? ——
—— No es nada, solo que, no he podido dormir muy bien últimamente —— Mintió
Pudo sentir la presencia del Sultán acercarse a ella, un pequeño aire recorrió su frente, el ya estaba frente a ella.
—— Todo este tiempo conociéndote y sé que me estás mintiendo ——
Por vergüenza, bajo aún más la cabeza ya que no quería mirarlo a los ojos, más si había descubierto que ella mentía.
—— Lo siento su Majestad —— Se disculpó de inmediato
—— Vete a tus aposentos —— Ordenó para darse la vuelta
Ya no recibía ninguna mirada de el, ni una palabra, entendió que estaba molesto porque ella le había mentido, si se quedaba ahí podía ser reprendida y eso no quería, sin más que ella pudiera hacer, se retiró.