La belleza del amor, la caída de la desilusión y la promesa del mañana. Por medio de estos poemas, te invito a explorar la transformación de un corazón herido.
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Voy por la vereda y de mí se esconde.
Alguien me ha hechizado. El amor me rehuye.
Lo he visto por la plaza, es muy platicador. Arma charlas con la gente, causa risas y clamor.
Conmigo solo frunce el ceño, alza las cejas extrañado. Corre por la avenida, se ve contento. Cuando le grito, avanza lento. Voltea y niega contento.
¿Qué es lo que he hecho?
Una vieja venganza, un disgusto personal, pero yo sé que al amor no le agrado ni en postal.
Sueño algún día, encontrarlo en el lago. Siempre mira los patos entre la hierba, podría yo ser su estrella. Tal vez le gusta mirarme cuando lo persigo o cuando vuelvo a mi casa como un mendigo.
¿Quién lanzó el hechizo?
Es un bandido, pero admito que un prodigio. Tal magia es tan fuerte, tan viva y potente que no me quedad duda: Este hechizo es para siempre.
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