Kaioh Retsu es un hombre modesto, un luchador inigualable cuyo talento es inmensurable, se podría decir que le tiene un enorme respeto a Baki y a su padre. El es tan dedicado a las artes marciales chinas, tan recto y tan noble que jamás supero que e...
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. . . . . En el templo chino Heilongjiang se encontraba una jovencita de unos 13 años estaba escondida trás un enorme árbol de cerezo donde se encontraban muchos monjes chinos entrenando.
La chica no podía dejar de fijar su miradaen uno en específico. Su piel morena empapada de sudor, sus movimientos eran elegantes. Este hombre no se parecía a ninguno que ella hubiera visto antes.
La adolescente no podía evitar esconderse detras del arbol cada vez que el volveataba a ver el mismo sintiéndose que alguien le miraba. La niña estaba dudando si presentarse o no. Ella no era muy buena con chicos que le gustaban y ese le parecía hermoso.
Cuando iba a ir hacía el, un chico de cabello largo alto le llamo a gritos.
-¡Mei-Mei ven hacía aca!
La chica asustada miró sobre su hombro y era su guardaespaldas. Salió corriendo hacía donde el se encontraba sin percatarse de que había sido descubierta por Shaoran Retsu. Quien le resto importancia a una mocosa acosadora.
El miró nuevamente hacia atrás mirándola bien, sus ojos eran de un verde muy intenso y a parecía de ser mayor como de unos 19 años debido al cuerpo de "adulta" que tenia a pesar ser una niña. Suspiró y continuó lo que estaba haciendo.
Un rato más tarde la niña volvió vestida y arreglada de una manera distinta. Llevaba un qipao color azul marino con unas flores bordadas en dorado abierto a ambos lados y le llegaba a medio muslo, su cabello negro iba en dos coletas bajas con dos cascabeles en cada coleta y a juego un collar y unos aretes de cascabeles que iban a juego con los bordados dorados del qipao. Nerviosa salió al patio trasero nuevamente se escondió detrás de aquel árbol para seguir observando a aquel chico. Parecía no dejar nunca de entrenar ya tenía varias rocas hechas esferas.
La niña no pudo apartar más los ojos de ese chico, sus movimientos eran agraciados, elegantes. Pensó un momento y eso creía que era kenpo chino. Ella se aferro un poco al árbol, ansiaba poder introducirse al chico pero no tenía el valor para eso. Por eso siempre era molestada en la escuela. Quería también que el le enseñará artes marciales y defenderse de esas niñas. Justo cuando se iba a acercar a el, este se detuvo abruptamente y habló.
-Agradecería que dejaras de mirarme, me pones incómodo.
La niña se escondió en el árbol temerosa de su tono. El por su parte se dio la vuelta mirandola notablemente molesto. Ella con temor salió lentamente detrás del árbol mostrándose y un sonrojó cubrió el rostro de Retsu.
