Mentiras

572 45 16
                                    




—¿A que te refieres con que te de las gracias de otra forma? —Isagi se notaba nervioso por lo que Rin había dicho hace rato.

—Tranquilo, solo me refiero a que me ayudes en algo.     —Rin sabía el porque el contrario se había puesto de ese modo, por lo cual reía por lo bajo. —solo necesito que le digas a Bachira que me entregue mis libros, no puedo dejar bajar mis notas.

—Si, claro no hay problema. —Isagi se calmó al enterarse lo que pedía Rin.

—¡Isagi! ¿Puedes hacerme algo de comer? —un Bachira dormilón se había despertado pidiéndole algo de comer a su amigo.

—¿Tú no estabas durmiendo? —Isagi miraba desde abajo dedicándole una mirada fría. —ademas, es muy tarde para que comas.

—Primero. Me desperté por la charla de ustedes dos con lo que de "¿Puedes decirme las gracias de otra forma?" —imitaba la voz de Rin. —mientras tú creías que ese "gracias" era porque creías que te querían coger. —Bachira tomaba aire para seguir explicando. —y segundo. No he cenado.

—Que te jodan, Bachira. —dijo Rin frunciendo el ceño.

—Ya para de pensar en eso, el emo y yo no somos nada, ademas, se ve bien hetero ni creo que le haya metido la polla a un hombre. —Isagi miraba de reojo a Rin.

—Y tú que sabes, idiota. Desde aquí me huele lo virgen que eres.

—se re desean ustedes, pero no te preocupes, Rin. Isagi es mío —Bachira había marcado bien claro el "mío." —Isagi, amor mío, mi cielo, mi vida, el corazón de mi alma ¿Me puedes hacer algo de comer? —y ahí va con los ojos de cachorro.

—No. —soltó, Isagi con un "no" seco.

—¿Sabes qué, Rin? Ya no es mí, quédatelo. —Bachira se volvía a arropar entre las sábanas casi llorando, no es su culpa que no supiera cocinar, ¿No?

Una persona con poca paciencia y muy pero muy gruñón tocaba la puerta con golpes ásperos desde afuera que retumbaban cada esquina de la habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Una persona con poca paciencia y muy pero muy gruñón tocaba la puerta con golpes ásperos desde afuera que retumbaban cada esquina de la habitación.

Mientras otro gruñón de ojos turquesa se levantaba para abrir la puerta de aquel que se atrevía a despertar el dulce sueño de este. Rin se acercaba a la puerta para ver de quien se trababa obviamente le iba a dar la paliza de su vida, solo pensaba en que quien en su sano juicio toca la puerta a aquellas horas de la madrugada.

—Espero que sea importante porque sino, nunca tendrás hijos. —dijo Rin mientras se frotaba los ojos para que no le moleste la luz.

—Hola, perdón pero vengo a buscar a Isagi ¿Está aquí, no? —dijo un pelirrubio con puntas azuladas.

¿Michael Kaiser? Se preguntó Rin. ¿Como por qué este buscaría a Isagi a tales horas, estaba loco, Borracho?

—¿Cómo para que o que? Dudo que despierte a estas horas.

Necesidad de ti (RinSagi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora