Día 3

648 64 82
                                    

09:26 am, Bogota

Armando se levanto temprano esa mañana y se vistió para salir. Al bajar al comedor se encontró con su hija quien ya estaba revisando en la heladera que hacer para desayunar.

- buenos días, Mila. Vaya a vestirse, la invito a desayunar en nuestro sitio favorito, ya sabe donde

La joven se volteo a ver a su papa con una gran sonrisa. Corrió hacia el y beso su mejilla.

- Pero ya mismo, presidente! -dijo, casi sonando como su tío. Camino dos pasos y se detuvo- ah, y buenos días -rió-

Corrió escaleras arriba para vestirse con rapidez, tropezándose en el camino. Una vez que estuvo lo suficientemente arreglada, bajo y se subieron al carro. El lugar quedaba mucho mas al centro de Bogota por lo que tendrían algunos minutos de viaje. Armando se acomodo en su asiento, incomodo por la pregunta que iba a hacerle a su hija.

- oiga, Mila. Cuénteme una cosa, por las dudas su mama no se comunico con usted?

Camila hizo una mueca, obligándose a no responder de mala gana solamente porque lo noto angustiado, sabia que no era nada fácil para el esta situación.

- no, papa. Se lo hubiera dicho

- ah...

Hubo un pequeño silencio. Por un momento sintió enojo por con su mama por hacerlo sentir a su papa de esa forma, se veía tan perdido en la vida, como si le faltara algo. 

- Eh...papa, me olvide de comentarle -dijo intentando cambiar de tema- ¿Se acuerda del cóctel ese de la empresa con nombre raro al que nos invitaron? -el asintió- bueno, estaba deseando ir...vea, van a ir Sara, Ludmila y Geo también y hace mucho no veo a Geo

- Mila...no voy a ir -dijo el hombre captando la indirecta-

- ¡papa! por favor, si? Acompáñeme, solo es una noche, un cóctel. Ademas el tío Mario también va a ir, no va a estar solo. Hágalo por mi

El negó con la cabeza. Ella se cruzo de brazos.

- bueno, si usted no me acompaña al cóctel yo lo dejo solo mañana cuando los abuelos Hermes y Julia vengan para la casa a almorzar -sentencio, seria-

Armando rió.

- Camila Mendoza, me esta amenazando?

- amenazando no, le estoy advirtiendo -dijo levantando un dedo-

Nuevamente volvía a tener como ese brillo, ese que solo su hija le daba. Intento no reírse.

- bueno, esta bien. Pero solo un ratico, oyó? 

- con eso me conformo -sonrió triunfante- Le gane

Ambos sonrieron cómplices. El siguió manejando y ella observo por la ventana las calles de su ciudad. Logro su cometido, todo iba de acuerdo al plan.

10:00 am, Cartagena

Catalina observo como Beatriz estaba degustando el desayuno exótico que se habían pedido. La mujer apreciaba mucho a la economista y muy a pesar de que no estaba del todo de acuerdo con la decisión que había tomado, estaba feliz de poder ayudarla un poco. Después de tres matrimonios fallidos ella sabía perfectamente cómo era encontrarse en crisis, inclusive teniendo a un Armando Mendoza al lado, el matrimonio podría ser duro.

- bueno, Betty, hoy tenemos mañana de Spa y durante la tarde se realizará el desfile que durará hasta el mismo domingo -la mujer tomó con delicadeza la taza y la bebió- yo se que no es ninguna sorpresa, pero me han pedido algo de ayuda allá, ¿no le molestaría trabajar un poco, Betty? Claro que estará pagado, no?

7 días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora