Día 5

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07:00 am, Bogota

Armando se encontraba ya recién salido de la ducha luego de un baño matutino express antes de arribar Ecomoda. Se vistió rápido y bajo para intentar hacer un desayuno rápido para el y su hija a quien le pareció raro no escuchar que se haya levantado aun teniendo en cuenta que hoy sabrían el veredicto de Hugo con respecto a los diseños que le habían entregado el viernes.

No fue para nada sorpresa habérsela encontrado en la cocina armando un desayuno espectacular desplegado en la mesa. Claro, la joven no había podido pegar un ojo en toda la noche debido a la ansiedad que le producía saber si Hugo aceptaría o no la propuesta y la posibilidad de conseguir oficialmente un puesto en Ecomoda. Si, sus papas eran los presidentes de dicha empresa y técnicamente era su herencia en algún futuro, pero Hugo y su taller eran como un reinado aparte en aquel edificio donde el era el único que ponía o quitaba, el único que daba los si o los no. Una oportunidad de aprender con ese hombre era oro, desde chiquitica lo había admirado a pesar de su carácter y sus formas, mas allá de la persona ella veía al profesional y sin duda alguna el era EL profesional. Aprovechando el insomnio se levanto muy temprano para hacer un desayuno bien cargado y evitar que su papa se vaya a trabajar con el estomago vació o bebiéndose un café negro. El hombre sonrió al ver a su niña con una alegría inusual, estaba muy emocionada. Sintió algo de tristeza al pensar en que Beatriz se estaba perdiendo de un momento tan importante en la vida de su hija, su primer trabajo, su primera oportunidad real en el mundo laboral y sin ninguna ventaja de absolutamente nada, ella se lo había ganado sólita. Sabia también que tal vez al principio no estaría del todo acuerdo con que comenzara a trabajar, pues ella aun pensaba que era mejor que termine sus estudios antes de largarse al mundo laboral por el temor de que los dejara a la mitad o los abandonara por el trabajo mismo; y si, Camila podía llegar a ser de el tipo de joven que podría tomar ese tipo de decisiones sin pensar en el futuro pero a la vez el la conocía muy bien y sabia que el mundo del diseño la apasionaba desde niña, su intuición le decía que confiara en ella y le diera una oportunidad.

- buenos días, Mila. Vaya sorpresa todo esto

Ella se volteo justo cuando sacaba la leche de la heladera y sonrió ampliamente.

- papa, buenos días. Siéntese, aproveche el banquete fruto de mi insomnio

Armando se sentó frente a ella en la mesa y lo primero que tomo fue, como siempre, su café, su fiel compañera de vida.

- bueno, entonces no tengo que ni preguntar si estas emocionada por lo de hoy -ella negó con la cabeza mientras tomaba un pan de campo para proceder a cortarlo- pero le advierto una cosa, Mila. No quiero que se me ilusione demasiado, si? Usted sabe como es Hugo y el...aprecio que nos tiene a su mama y a mi. Espero que la vea a usted y su trabajo, y no como algo personal contra la familia

- tranquilo, papa. Tengo fe, sabe? No me pregunte por que pero tengo un buen presentimiento de todo esto -intento esconder su sonrisa, pero no podía- y sumado a que mama no esta acá para sabotearme...

- Mila... -dijo en tono de reproche- su mama lo que menos quiere es sabotearla, cuando va a entender eso?

Y ahí estaba, otra vez defendiéndola.

- Papa, seamos serios, sinceros. Ella no quiere que comience a trabajar, lo ha recalcado todo el tiempo, me ha puesto muchas trabas en Ecomoda. Yo no soy boba

- nadie le ha puesto trabas, Camila -dijo algo cansado- Simplemente es que usted aun no tiene su titulo, solo una pasantia y duro 2 meses. Y ya se lo que esta pensando, pero tanto su mama como yo siempre hemos pensado que no iba a haber privilegios por ser hija "de" ni en Ecomoda ni en otra empresa

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