Las Crónicas de Ryliak

Prólogo

Tierra. Agua. Fuego. Aire. Hielo.
Cuenta una vieja leyenda que existieron cinco Familias Elementales; Terrai, tierra. Aquai, agua. Vientai, aire. Fuego. Hielo.
Cada una de estas cinco familias dominaba un elemento. Dicen, además, que Terrai, Aquai y Vientai son familias puras... Pero Fuego y Hielo son fusiones creadas por dos diosas.
Los dioses elementales, Lenai (Tierra), Timaz (Aire) y Gleesu (Agua) decidieron crear razas que heredaran sus respectivos dones. Pero no se dieron cuenta de que habían dejado de lado a dos diosas: Kaleesa (entidad que, más tarde, sería del hielo) y Elá (próxima entidad del fuego). Kaleesa y Elá se sintieron ofendidas por la ignorancia de sus hermanos y, furiosas, tomaron a una criatura creada por Gleesu y a otra creada por Lenai.
Kaleesa infringió una temperatura extremadamente baja a la criatura de Gleesu. Elá expuso a la criatura de Lenai a una temperatura altísima...
Fue tanto el frío de Kaleesa que a la criatura, inicialmente creada con dones acuáticos, se le congeló el agua que corría por ella, su piel se tornó pálida y sus ojos se volvieron de un color azul gélido.
Kaleesa, orgullosa de su creación, optó por llamar a la criatura Kalei. Kalei fue la primera de la familia Hielo.
Elá infringió tanto calor a la criatura de Lenai que sus poderes de Tierra se fundieron hasta convertirse en lava, sus ojos se tornaron de un color rojizo y su piel se volvió morena. Elá la llamó Leesa, primera de la familia Fuego.
Kaleesa y Elá siguieron creando criaturas para que poblaran el mundo, al igual que las criaturas de los demás dioses.
Éste fue el inicio de una guerra eterna, aunque Kaleesa y Elá no fueran conscientes de ello.