Capítulo 4

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Cierro la taquilla y súbitamente vuelvo a sentir esa sensación de calor.
Ahogo un grito.
Una esquina de la taquilla está casi fundida.
"Mierda, mierda, mierda."
- ¿Qué pasa? -intento tapar esa esquina de la taquilla atando mi pañuelo negro y me doy la vuelta. Es Ben.
- Na-Nada. ¿Por?
- No sé. Pareces asustada.
- ¿Yo? -emito una risita nerviosa- No, qué va.
El chico mira el pañuelo negro.
- Se te va a caer.
- Ah... Da igual, déjalo así. -contesto. Oye, ¿por qué me dibujabas en biología?
Ben esboza una bonita sonrisa ladeada que hace casi que me derrita.
- Me pareces una buena modelo.
Sonrío
- Vaya... Gracias, supongo.
~Ӝ~
- Busquen una pareja para el trabajo. -anuncia el profesor de Lengua.
Agh. Odio los trabajos en pareja, casi nunca se ponen conmigo.
- Allison, ¿con quién estás? -me pregunta un compañero.
- Con nad...
- Conmigo. -corta Ben, que aparece detrás de mí.
Miro a Ben, un tanto incrédula.
- ¿Qué? -pregunto.
- Eso. Estás conmigo.
- Bueno, vale.
El timbre de fin de clases suena y la mayoría de los alumnos salen corriendo hacia la puerta. Me quedo a recoger mis cosas.
- ¡Allisooon!
Me doy la vuelta y veo a Brienne apoyada en la puerta de mi clase, ella está en la clase de al lado.
- ¿Podemos vernos esta tarde? -pregunta.
- Creo que no, Brienne. -respondo- Tengo que hacer el trabajo de Lengua.
- ¿Es en pareja?
Asiento.
- ¿Y con quién te has puesto?
- Con Ben.
Brienne frunce el ceño.
- No me gusta mucho ese chico... -farfulla- Es algo... Extraño. ¿Me explico?
- Supongo que sí...
Al mencionar a mi compañero, me doy cuenta de que ya se había ido.
- Bueno, me voy ya. ¡Adiós! -mi amiga se despide guiñándome un ojo y sale por el pasillo. Saco los cascos y el móvil de la mochila y me encamino hacia la puerta principal del instituto.
- ¿No te ibas? -Ben está apoyado en una columna, situada a la derecha de la puerta principal.
- Hablaba con una amiga.
- Ya veo. -sus ojos se dirigen al coche de el padre de Brienne- ¿A qué hora nos vemos?
- ¿A las cinco en el centro cultural? -sugiero.
Él vuelve a esbozar esa sonrisa ladeada.
- De acuerdo.
~Ӝ~
Llevo esperando a Ben casi quince minutos, mientras escucho a Darlia. La gente que se retrasa es algo que me enerva un poco. Al fin, veo a Ben caminando despreocupadamente. El pelo negro le cae, casi seductoramente, sobre los ojos. Va con las manos metidas en los bolsillos y la mochila colgada de un solo hombro. Se me acelera el corazón.
"Relájate, relájate..."
Llega hasta mí.
- Hola. -dice sonriéndome.
Me quito los cascos y le espeto:
- Hola. Llegas dieciséis minutos tarde.
- Es parte de mi encanto. -repone.
Entramos en el centro cultural y bajamos a la biblioteca.
- Bajemos a los cuartos de estudio. - susurra Ben- Casi nunca hay gente y se está más tranquilo.
Accedo y bajamos unas escaleras que dan a un pasillo con dos puertas transparentes, una a la izquierda y otra a la derecha. Entramos en la de la izquierda. No hay nadie.
La sala consta de seis mesas, tres circulares y tres rectangulares, hay varias estanterías repletas de libros acopladas a la pared y un reloj grande. Nos sentamos en una mesa circular.
- Allison -dice Ben- ¿Crees en la... magia?
Le miro enarcando una ceja.
- ¿Y eso a qué viene?
De repente, recuerdo el brillo de mis dedos, el bate ardiendo y la taquilla, me empiezo a poner nerviosa.
- Hoy cuando llegué y me senté a tu lado estabas dibujando unos símbolos...
- Sí. Te dije que los dibujo casi sin darme cuenta.
- Lo sé. ¿Desde cuándo los dibujas?
- ¿Tanto te importa? -pregunto entornando los ojos.
- Sí. Sí importa. ¿Desde cuándo los dibujas?
- Son sólo unos símbo...
- No. No son sólo símbolos. -corta- Repito: ¿desde cuándo los dibujas?
Me resigno.
- Desde siempre. -contesto- De pequeña los veía por todas partes...-emito un suspiro- Creo que estoy loca...
- No lo estás, Allison. Es... -el chico duda un instante y una chispa de curiosidad aparece en sus ojos azules- Dibuja uno.
- ¿Qué? -pregunto un tanto sorprendida.
- Dibuja uno.
- ¡No puedo! Vienen solos... No es algo que yo pueda controlar.
Ben me mira, clavando su mirada gélida en mis ojos ambarinos. Se acerca a mí y el pulso se me vuelve a acelerar.
- Inténtalo. -susurra.
Súbitamente, siento un leve cosquilleo en el cuello y en las manos.
Casi sin pensarlo, cojo una libreta y un bolígrafo de mi mochila. Empiezo a dibujar un símbolo.
Una voz se manifiesta en mi cabeza, muy levemente.
"Lo eres, lo eres..."
Siempre el mismo mensaje.
Cierro los ojos y al abrirlos veo que el símbolo brilla muy tenuemente. Ben lo mira fijamente.
- Una runa... -murmura.
- ¿Una qué? -pregunto.
- Una runa.
Miro a la runa, como él llama al símbolo, y a Ben.
- ¿Qué es eso? -pregunto finalmente.
El chico me mira muy serio.
- ¿No te lo han explicado?
- ¿El qué?
Ben me mira y al cabo de unos segundos dice:
- Nada.
- ¿Qué? -pregunto algo enfadada- ¡Explícamelo!
- No es nada. -su voz se torna fría.
No sé por qué pero siento que la temperatura de la sala ha bajado. Miro hacia el techo buscando aire acondicionado o algo parecido pero... No hay nada.
Odio.
Una repentina sensación de odio se abre paso dentro de mí. Cierro los ojos y miro a Ben como si fuera la cosa más horrible del mundo.
- Allison, sé por lo que estás pasando ahora mismo... Pero contrólate. -susurra él.
- ¿Controlar el qué? ¿Alguien podría explicarme por qué oigo voces? ¿Por qué a veces quemo cosas? ¿Por qué a veces te odio? ¿¡ALGUIEN PODRÍA EXPLICÁRMELO?! -mi voz suena mucho más alta de lo que pretendía.
- Allison. -repite el muchacho.
Ben me coge por los hombros y un frío glaciar de apodera de ellos.
- ¡SUÉLTAME! -chillo.
No lo hace. Me sujeta con más fuerza. El frío es tan intenso que duele. Fija sus ojos en los míos, taladrándome con la mirada. Él cuerpo se me entumece y repentinamente me siento muy débil.
- Ben... -susurro- Suéltame...
Se me cierran los ojos y todo es oscuridad.

Las Crónicas de RyliakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora