Furia de Firebird: Libro III de la Trilogía del pájaro de fuego -COMPLETO-

Capítulo 15: Salve a los conquistadores

A / N: el Capítulo 14 revisa las respuestas en mis foros como de costumbre. Este fue, incluso para mí, un capítulo corto. Los capítulos finales a veces son, supongo. Pero sí establece y observa algunos desarrollos importantes.

Capítulo quince: Salve a los conquistadores

Emmeline Vance se inquietó con sus túnicas negras de brujas en un vano intento de ocultar su nerviosismo mientras entraba en el atrio del Ministerio de Magia el primer día de septiembre. A su alrededor, las líneas de otros sicarios también lucharon por mantener sus posturas. Todo el personal del Ministerio de Magia estaba abarrotado en el atrio central, tan cerca que el aire brillaba con su magia nerviosa.

El entrenamiento de Auror de Emmeline le estaba gritando que dispersara a la multitud. Los incidentes de magia accidental grupal aumentaron exponencialmente con el tamaño de la multitud, y los cientos de personas abarrotadas estaban tan juntas que estaban nerviosas y asustadas para empezar. La mayoría de los trabajadores del ministerio, al menos los de cualquier posición, eran miembros de aquelarres. Y como tal, la mayoría sabía que algo terrible había sucedido la noche anterior.

Los otros hitwitches estaban tan nerviosos como los trabajadores, y más de unos pocos estaban abiertamente angustiados. Los hitwitches generalmente operaban como los liegemen de la antigua nobleza Muggle. Sus primeros juramentos fueron a sus Damas, y solo con el permiso de su Dama podrían operar para el Sabbat en su conjunto. Tradicionalmente, el cuerpo de brujas respondió directamente al Sabbat, mientras que los Aurors operaban bajo los auspicios del Ministerio. Todo eso terminó en junio pasado, por supuesto, cuando los aquelarres oscuros formaron su propio Sabbat, despidieron al Wizengamot y esencialmente despojaron al cuerpo de autoridad de Auror y, en casos como Moody y Tonks, de personal. Incluso Shacklebolt tuvo que renunciar eventualmente. De ahí la vestimenta de Emmeline como bruja, a pesar de ser una aurora.

Finalmente, el ascensor de la oficina del Ministro se hundió en voz alta, alertando a todos los que estaban en el atrio de que su espera casi había terminado. Emmeline parpadeó sorprendida al ver a un ex Auror, Pius Thicknesse, flanqueado por el subsecretario mayor y un pequeño puñado de damas de Dark Coven. Y caminando detrás de ellos había una bruja cuya cara hizo que Emmeline se pusiera furiosa.

Sin embargo, no se atrevió a hablar. No allí, ni entonces.

"Ejem, ¿puedo llamar tu atención?" Dame Dolores, la subsecretaria mayor, dijo. Hizo un espectáculo de golpear un pañuelo en sus ojos, aunque su tono de voz era completamente sin pena. "Tengo noticias realmente angustiosas. Anoche, en un acto de traición no visto en siglos, Augusta Longbottom activó una poción explosiva en medio del Sabbat. Con la excepción de los que ves antes que tú, cada Dama en el Reino Unido ha sido brutalmente asesinada sin piedad."

La magia accidental giró por encima y estalló en una repentina tormenta que empapó a una buena parte de la multitud. Emmeline pensó en dispersarlo, pero en su propio shock decidió dejar que lloviera. Umbridge misma frunció el ceño ante la exhibición visible del estado de ánimo de la multitud, pero no dijo nada. "Dahlia Parkinson, Drusilla Hughes, Annabeth Flint-Knight y yo somos todo lo que queda. Esta mañana también elevamos a nuestra querida amiga y colega Narcissa Black a Dame of the Malfoy Coven. Nosotras cinco damas, de acuerdo con los procedimientos establecidos para garantizar la continuación de un gobierno mágico, hemos declarado un estado de emergencia para la Inglaterra mágica. Para garantizar que continúen las operaciones diarias del Ministerio, hemos designado a Pius Thicknesse, anteriormente del Departamento de Aplicación de la Ley, para que intervenga como Ministro temporal.El Ministro Thicknesse ahora se dirigirá a usted."

Thicknesse dio un paso adelante al silencio absoluto y muerto. Emmeline ni siquiera podía escuchar a la gente respirar; Si el ministro o el subsecretario mayor esperaban aplausos, deben haberse decepcionado.