capitulo 1

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este libro incluye lenguaje explicito, relaciones sexuales, violencia y trato inadaptado.

Jane Anderson

Estoy tan cansada parece que no dormí nada pero ya estoy tan acostumbrada a esto además de que el trabajo no es nada pesado, trabajo como publicista en la empresa de mi mejor amigo y la sede está aquí en Seattle y para mi esta super bien ya que me queda no tan lejos ir a visitar a mis padres.

Tengo una vida sencilla no vivo con lujos, pero tengo mi propia casa, mi auto, y todo lo que quiero ya que me va muy bien en mi trabajo.

Soy una chica de piel blanca, de cabello negro y ojos negros brillantes labios carnosos y buen cuerpo a decir verdad no es por vanidosa, pero todos me lo dicen además que todo me queda muy bien y resaltan mis curvas no engordo tan fácilmente así que puedo comer de todo y no arruina mi figura.

Estoy en mi habitación saliendo de mi ducha, apunto de ponerme mi vestido negro para el trabajo. me encanta como se me ve con mis tacones, mis amigas dicen que cuando paso por la calle robo miradas y suspiros me encanta que me suban el ego.

Salgo con todos mis papeles en mi maleta, me pongo mis lentes de sol y guardo los de ver en mi maleta.
voy camino a la salida tomando mi café, me adentro a mi auto un Toyota camry me encanta es accesible y muy a mi estilo.

Voy en camino cuando me llega la llamada de Fernando mi mejor amigo y mi jefe, contesto desde la línea del auto

-jane dime que ya vienes, te ocupo urgentemente en la oficina ya que hoy tenemos reunión con los de la prensa-dice Fernando en la línea se escucha nervioso

-tranquilo ya voy a llegar, nada más me estaciono y voy a tu oficina. no te estrés que te vas a hacer viejito-rio ante esto y cuelgo

Me bajo del auto y voy en camino al ascensor, me adentro cuando veo alguien poner la mano para entrar y me da un buen susto

—disculpa si te asuste-dice adentrándose al ascensor —no hay problema—respondo con una sonrisa

—Me llamo Elías ángeles mucho gusto—dice estrechándome la mano

—Mucho gusto, Jane Anderson—digo estrechando su mano igualmente y veo que se pone nervioso

—Es un placer—sonrie—bueno ya llegué a mi piso nos vemos jane—saliendo al piso 18 

Sebastián

Yo no esperaba tener todo lo que tengo a corta edad, supongamos que es el golpe de suerte que me toco.

Tengo todo lo que siempre he querido dinero y mujeres ni se diga, no me hace falta nada se podría decir que soy egocéntrico en ese aspecto y tal vez si, me importa mierda que es lo que piensen de mi.

primero voy yo y luego los demás, hasta a mi familia le ha quedado claro eso y no pueden opinar al respecto, por que ellos saben que no tengo interés en lo que vayan a decir.

Ya que solo les importa el estatus de la familia que me ha costado demasiado mantener.

Mientras estoy pensando tantas mierdas sobre lo que pasa en la oficina y mi secretaria que es una inútil, pero no me desagrada, me agrada la vista que tengo ante ella tiene buen cuerpo pero no tanto para cogérmela en la oficina.

no digo que no estaría bien pero luego llega yasmin y es una pesadilla.

es como tener algo afilado en el culo pero mucho peor, la detesto pero si no fuera por la reputación de su familia y la mía no estaría a mi lado y se fuera ido a la mierda. Ya que su familia es dueña de empresas de todo el mundo y con sede en Seattle donde están nuestras empresas y eso ganándose el respeto de varios inversionistas contándome obviamente por eso la tolero.

—te vas a quemar el cebro de tanto estar pensando—dijo Antonio sentándose enfrente del escritorio con una sonrisa burlona
—¿por qué esa cara de odio, quien te hizo enojar ahora?—pregunta.

—no comiences con tus cosas, ¿a que haz venido y que quieres?—levanto mi mirada y lo veo como si de mi mejor amigo no se tratara.

—vengo por que tenemos una cena con mi hermano o acaso con toda tu complejidad se te olvido— se ríe negando con la cabeza.

—tengo mejoras cosas que hacer como para ir con el idiota de tu hermano—digo importándome muy poco aun con mi cara de disgusto

—hermano no seas tan amargado quizá veas a una chica que te quite tu amargues como siempre, además unos tragos no le caen mal a nadie—se levanta abrochándose su traje.

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