El siempre hecho de pensar que mi hogar, el lugar donde había nacido y vivido toda vi vida estaba en llamas me pone mal. Lo que me preocupa es la oficina de mi papá. En ese lugar estaban todos los recuerdos de sus éxitosos casos, periódicos mencionando que fue el mejor abogado de Medellín, sus libros de William Shaspeare que tanto leía, su colección de fotos familiares y todo lo de él.
Mi pregunta es...
¿Quién quiere hacernos daño?
¿Por qué?
—Mia estás ahí—la voz de mi madre me hizo reaccionar, pero no tengo ganas de hablar, no tengo la valentía para contestarle, tampoco es mi mejor momento. Acabé de matar a una persona, me drogaron, para colmo incendian mi casa y casi muere mi hermano.
¡Wow que hermoso día!
Yo cuelgo sin decir absolutamente nada.
La rabia se está apoderando de mi, haciendo que de mis ojos broten lágrimas saladas. Tanta rabia acumulada dentro se mí me hizo lanzar mi móvil contra el suelo agresivamente. Por el sonido, Liam vino rápidamente hacia mi.
—¿¡Qué ha pasado!?—pregunta preocupado.
No contesto. Mi pecho sube y baja con cada respiración pesada.
Ya no más. Encontraré al que nos quiere hacer daño aunque sea lo último que haga. Pondré a salvo a mi familia y a las personas que quiero. Encontraré el que asesinó a mi padre y lo haré sufrir lentamente por el resto de sus días.
Sin darme cuenta, estoy golpeando la pared agresivamente con los labios apretados. Nunca me había visto así.
—Pero cálmate—ruega Liam agarrandome de los brazos para que pare—.Vamos, siéntate y tranquilízate.
—No—bufé—No puedo quedarme de brazos cruzados mientras mi familia está corriendo peligro. Ya quemaron mi casa, casi matan a mi hermano. Hoy...¡hoy asesiné a una persona!, Me drogaron y para terminar me envían mensajes un número desconocido que no logro localizar.¡Si quieren matarme que lo hagan de una vez! Y directamente.
Él piensa lo que le dije, y sonríe.
¿Por qué sonríe? ¿Qué le parece tan gracioso de esto?
—Desahógate conmigo, no sé, golpeame si quieres.
—Tampoco voy a cogerla contigo,tu no me has hecho nada.
—¿Cuándo te mandaron los mensajes anónimos?—cambia el tema—¿ Y por qué no me dijiste nada?
—Fue hoy antes de ir a la fiesta, no me di importancia porque creí que eran unos chicos de secundaria haciendo bromas pesadas.
—Mia vamos a hacer una promesa—hace una pequeña pausa y yo me limito a asentir con la cabeza—de ahora en adelante nos vamos a contar todo lo que nos pasa. Digo, somos amigos y no quiero que pases sola por todo esto. Puedes confiar en mí que no te voy a fallar.
Sus palabras me hacen fruncir un poco el ceño. Se que prácticamente me está cubriendo las espaldas en lo que pasó hoy. Confío en Liam completamente, o sea en estos momentos en el único que puedo depositar confianza es en él.
—Gracias por no dejarme sola en medio de este caos—susurro.
—No hay de qué.
Me di cuenta que me he calmado.
Liam me mira y esboza una sonrisa de boca cerrada. Sus ojos hermosos me transmiten paz. Él está sentado a mi lado con las manos en su regazo jugando con sus dedos como si fuera un niño en un examen de mates. De repente, abre los ojos como platos.
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Sé mi cómplice
RandomMia Evans tras sufrir la muerte de su padre , decide seguir sus pasos y estudiar derecho en el extranjero. En la universidad tenia que compartir apartamento con un chico divertido y empático que logro hacer amistad con ella rapidamente :Liam Mill...