Capítulo 10 'Ayudame'

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Maté a una persona...

No, no, esto tenía que ser una broma.

¿Qué pensaría mi padre si hubiera estado aquí?

Se formó un nudo en mi garganta y un dolor en mi pecho al instante. Llevé mis manos temblorosas a mi boca. No sabía que hacer, como actuar. Sólo me quedé viendo a Liam con los ojos muy abiertos y una lágrima escapó de ellos. Yo tragué grueso y me limité a hablar:

—Liam tú...tú viste con tus propios ojos que yo...yo no atropellé a nadie, el se lanzó solo. Liam yo no hice nada—tartamudeé, hasta se me hacía difícil hablar.

Él me seguía mirando, estudiando cada expresión de mi rostro. Sus ojos idénticos a los míos transmitían esa frase: "todo va a estar bien".

—Mía...

Su voz se volvió más ronca de lo normal, pero tierna a la vez. Sus dedos acariciaron mi suave mejilla. Ese suave toque me llenó de confianza hacia él. Alguien que solo había conocido en una semana.

Y lo abracé.

Él no esperaba esa reacción pero no tardó en envolverme con sus brazos. Mi corazón latía con fuerza.

—Tú no has hecho nada.

Sus manos acariciaron mi cabello. Podía sentir su corazón latir rápidamente.

Él dió un largo suspiro y volvió a susurrar:

—Tú no has echo nada.

Pero ya basta de lamentaciones. ¡Haz algo!

Esa vocecilla en mi cabeza me hizo reaccionar. Así que me separé de Liam y me enfrenté a la situación.

Aún no sabía si el hombre estaba muerto ¿no? Aún podía hacer algo por él. Pero las palabras salieron de mi boca como si no tuviera el control sobre ellas:

—Sé mi cómplice.

Conocía las reglas. Si informaba a las autoridades sobre esto nos meten a la cárcel sí o sí por haber matado a una persona. Pero si oculto todo...es posible que nadie se entere, ya que no hay evidencia.

Pero...era algo cruel dejar a ese hombre muerto en la calle.

—Revisemos el cuerpo—me dice Liam—. Puede que esté vivo.

Ambos bajamos y la lluvia nos recibió. Una fuerte oleada de viento frío me acarició el rostro y me hizo temblar.

Las luces de el auto estaban encendidas, por eso se podía ver al frente.

Solté un largo suspiro—aún con Liam al lado— caminé hacia alfrente, buscando al sujeto.

Y efectivamente...se encontraba en el suelo. No distinguí su rostro porque andaba como a dos metros de distancia de él. Lo que pude observar fue que en el suelo junto a el cadáver había mucha sangre alrededor.

—¿Deberíamos acercarnos a comprobar si está vivo?—pregunté.

Liam no respondió, hizo el ademán de acercarse y yo hice lo mismo.

Oh, no...

Alex...

Mis manos empezaron a temblar y sentí culpabilidad, remordimiento...

Liam comprobó su estaba vivo poniendo sus dedos en el cuello de Alex. Él vino hacia mí y me dijo:

—Está muerto.

Sentí como las lágrimas invadían mis ojos y en lo único que pensé en ese momento fue en que asesiné a una persona. Un ser humano, y me podían meter a la cárcel por asesinato.

Sé mi cómpliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora