twelve could be easier

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Pidió tres de sus sándwiches favoritos de su tienda favorita, y como eso no cubría ni un tercio del dinero, también aprovechó de pedir pollo y ensalada para el almuerzo. Sumándole el latte, un batido de chocolate y banana, un paquete de Doritos y un bowl de helado de tres sabores, estaba usando gran parte del dinero y le quedaba para comprar una cajita de cigarros.

El pedido llegó quince minutos después, mientras Johnny limpiaba el desorden catastrófico de platos sucios. Se le había pasado ponerse una camisa, así que al abrir la puerta, la chica que estaba haciendo la entrega estuvo a medio segundo de tirarlo todo de la impresión. Gracias a sus reflejos, no sucedió ningún accidente.

—L-lo siento. Emmm, aquí está su pedido —Johnny se mordió el interior de la mejilla para evitar reírse. La chica recibió el dinero, lo contó con los ojos desviándose de tanto en tanto hacía el pecho descubierto frente a ella y finalmente le dio el vuelto—. Ten- tenga un buen día.

—Igual, hermosa —le sonrió antes de cerrar la puerta. Deseaba de todo corazón que esa chica no se involucrara nunca con una persona como él únicamente por su físico. No valía la pena.

Guardo la comida en el refrigerador, exceptuando el latte y un sándwich. Esperaba encontrarse con Jaehyun dormido, pero sus expectativas quedaron anuladas en cuanto ingresó en la habitación. Jaehyun estaba acostado boca bajo, un brazo le caía fuera de la cama. Estaba revisando su celular. Se removió un poco al sentir la presencia del otro acercarse.

—Latte —dijo Johnny al poner el vaso en la mesa de noche, al alcance del castaño.

Se sentó con las piernas cruzadas en el lado libre de la cama y empezó a devorar su sándwich de queso, tomate y lechuga. Jaehyun imitó su postura. Se quedaron en silencio, comiendo y bebiendo como si no tuvieran más elección que estar en compañía del otro. Era absurdo actuar con cautela después de que se hubiesen visto, tocado, dicho obscenidades que no podrían repetir en público. Johnny, naturalmente, fue quien habló primero.

—Voy a suponer que estás en estado de shock y por eso no has reaccionado en lo que va de mañana —mordió un lado del sándwich y una gota de aderezo le cayó de la comisura del labio. La limpió con una camisa que estaba entre las sábanas. Jaehyun tenía los ojos puestos en su persona, inexpresivos—. No quiero asumir cosas erróneamente, pero considero que con lo que pasó anoche es más que suficiente para satisfacer tu curiosidad acerca de... Lo que sea que te hiciera dudar.

Si estaba siendo amable, era porque le faltaban las ganas de volver a pelearse con Jaehyun. Quedaban dos horas para el mediodía. Necesitaba disfrutar los momentos de tranquilidad que la vida poco a ofrecerle.

Jaehyun le dio un sorbo a su café, largo y premeditado. Tenía ojeras y un corte en el pómulo. Eso no le quitaba el atractivo, al contrario, le daba un aire particular. Un chico malo que duerme poco y tiene peleas para demostrar lo fuerte que es. Era un pensamiento divertido para Johnny.

—Creo que tú eres el que no entiende —la acusación sacó una risita incrédula del más alto. Jaehyun permanecía con su máscara de neutral seriedad—. Lo que hicimos anoche no tiene nada que ver con el acuerdo que teníamos. Hasta dónde puedo recordar, se supone que yo, en mi calidad de cliente, debo elegir que es lo que quiero de ti.

Mierda. Era un giro bastante inesperado... y tenía sus justificaciones. Le había tomado por sorpresa. En la mueca de Johnny podía notarse. Lo que se estaba debatiendo mentalmente era si el hecho le molestaba o le causaba algún otro efecto.

Jaehyun seguía siendo Jaehyun. Del mismo modo, el dinero seguía siendo dinero. No debía ser muy difícil adivinar la respuesta de Johnny cuando el valor monetario de sus acciones es incluido en la conversación.

bad boys in the way of heaven || johnjaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora