memories bring back to you ᡴꪫ kookmin

Duodécima flor.

Una semana después Jungkook apareció por sorpresa en casa de los Park, con la intención de invitar a Jimin a cenar juntos afuera, de forma totalmente espontánea. Pero al llegar, fue su madre quien le abrió, avisándole de que Jimin había salido un momento a comprar algunas cosas, pero que si quería podría esperar a que llegara.

Shinhye fue muy amable con él en todo momento, ofreciéndole algo para beber mientras esperaba y invitándolo a acomodarse en el salón, pidiéndole disculpas por el desastre que estaban ocasionando sus hijas menores. A Jungkook no le importó en absoluto, realmente le hizo gracia la situación e incluso le llenó de recuerdos. Yujin y Suzy peleándose por el mando de la televisión mientras que las más pequeñas corrían alrededor del sofá mientras reían escandalosamente. En ocasiones podía ser pesado, pero en aquel momento estaba siendo música para sus oídos.

—¡Eunbin, Eunjin! ¡Cállense ya! —gritó Suzy mientras intentaba quitarle el mando a su hermana mayor.

—¡Mamá, Su no me deja ver lo que yo quiero! —se quejaba Yujin

—¡Tú has mirado la tele toda la tarde, me toca a mí! —seguían gritando mientras sus hermanas menores no paraban de reír y correr a su alrededor.

Shinhye finalmente tuvo que interponerse.

—¡Chicas! ¡Basta! ¡Dejen de armar escándalo! —gritó, primero intentando detener a las pequeñas, con miedo de que pudieran romper algún objeto del salón.

Justo en aquel preciso momento se oyó la puerta principal abrirse, a lo que las pequeñas de la casa salieron corriendo del salón para dirigirse a la entrada, recibiendo a la persona que había llegado con gran alegría.

—¡Jimin, Jimin! —exclamaron las dos mientras saltaban encima suyo.

Suzy y Yujin dejaron tirado el mando por el suelo y fueron a recibir a su hermano de la misma manera, aunque con algo menos de entusiasmo y sin tirarse encima suyo. Le quitaron las bolsas que Jimin llevaba en la mano sin siquiera preguntar y empezaron a mirar qué había dentro con curiosidad.

—¡No has comprado oreos! —se quejó Yujin sacando todas las cosas que había en la bolsa.

—¡Jimin, te dije helado de chocolate, no de vainilla! —soltó Suzy, haciendo lo mismo que su hermana mayor.

En aquel momento Jimin alzó la mirada de sus hermanas y finalmente pudo visualizar a Jungkook, quien estaba apoyando en el umbral de la puerta del salón observando tranquilamente la escena.

—Hola —lo saludó, totalmente sorprendido, pero sonriendo al instante—. ¿Qué haces aquí?

Las hermanas de Jimin también alzaron su mirada, finalmente dándose cuenta de la presencia de Jungkook. Habían estado tan sumidas en sus gritos que ni siquiera se habían percatado de que antes del castaño había llegado otra persona.

—Hola —lo saludó de la misma manera—. He venido a hacerte una pequeña visita.

Se quedaron unos segundos en silencio, antes de que Shinhye fuera detrás de sus hijas para mandarlas de nuevo al salón, insistiendo en que tenían que dejar solos a Jimin y su amigo para que pudieran hablar tranquilamente y sin gritos.

—No es su amigo, es su novio —la rectificó Yujin

Tanto Jimin como Shinhye se pusieron rojos. Jungkook soltó una pequeña risa.

—Yujin, no seas entrometida, vamos —la empujó de nuevo al salón.

Su madre cerró la puerta detrás suyo para que pudieran hablar sin tener que escuchar ruido de fondo.

—¿Ella sabe...? —cuestionó Jeon.

Jimin asintió.

—Claro. Solo que a mi madre no le gusta hablarles de ello tan pronto —le explicó—. No por mí, sino porque mis hermanas tienden a encariñarse con las personas bastante rápido, y no quieren que un día piensen que su hermano tiene un novio que les cae muy bien y al día siguiente...