-- "You're the Devil in Disguise"
En donde Casey regresa al lugar en donde todo inició
o
En donde Casey debe de proteger a su pequeño corazón, del mal que acecha Hawkins.
↯ Stranger Things fa...
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Cantidad de palabras: 1660
Advertencias: Preocupación. Culpa. Temor
Comentarios míos: Ahora sí que comenzamos con la aventura... Disfruten 😉 Voten ⭐ Y comenten 🖊
7 de noviembre, 1983
Hawkins, Indiana
El auto nuevamente paso por un bache y dos jóvenes observaron de inmediato al conductor, quien sonrió con inocencia. El niño rubio despertó algo confuso de entre su escondite en el cuello de la castaña menor, aunque después volvió a dormirse al no entender que ocurría.
—Idiota, te dijeron que tuvieras cuidado con este camino. —Gruño, acariciando los cabellos rubios del niño.
—Perdón, es que estoy nervioso. Es un nuevo lugar y no sabemos con lo que podemos enfrentarnos —dijo con arrepentimiento. Sus ojos se fueron al espejo retrovisor, donde observo a la castaña que cuidaba del niño—. Bueno, no tan nuevo para Casey.
La nombrada rio sin gracia. Los recuerdos de ese maldito día estaban grabados en su cabeza, repitiéndose una y otra y otra vez, como un viejo vinilo en un tocadiscos antiguo. El único recuerdo bonito que conservaba, dormía plácidamente en sus brazos.
Su pequeño corazón, a quien cuidaba como si de su propio hijo se tratara.
Pero no era su hijo, ni mucho menos. Era un sobreviviente, como ella. Un sobreviviente de una masacre que hizo perder la vida de muchas personas y niños, en especial de niños. Deseaba que ya no estuvieran sucediendo las mismas cosas de aquellos años, porque no podía vivir con el cargo de conciencia que quedo con ella cuando no se la llevo.
Cuando solo entro al cuarto de su Pequeño Corazón y salió sin mirar atrás.
—Es nuevo... Todo lo que conocía ya ha pasado a la antigüedad —dijo, observando por la ventana los arboles que pasaban a gran velocidad. Como sombras dispersas—. Solo espero que me reciban con los brazos abiertos. A mí y a Charlie.
La pelinegra que iba en el copiloto se giró a observarla.
—Te recibirán más que con los brazos abiertos. Te lo prometo. —Su sonrisa le fue contagiada y sonrió de vuelta.
Cerro sus ojos para dormir en lo que quedaba de camino.
