Capitulo 1: Mi nombre es Maya

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Todo empezó después de una fuerte guerra entre demonios y monjes de una pequeña aldea, todo niño híbrido o demonio puro que fuera ocultado por un humano seria asesinado junto a ese ser demoníaco. La aldea estaba siendo purificada como decían, falsos engaños del los mismos derechos granjeros que ayudaban con esa masacre que acabo con mas de la mitad de sus pobladores, mujeres, hombres y niños fueron asesinados por traición pero algo ocultaban esas personas junto con su líder. Una verdad que pocos sabían de ella, pocos lograron salir de ello alejándose lo mas lejos posible ocultándose en las praderas altas, bosques, cuevas y mas lugares misteriosos.

-Madre ya no puedo...correr....mas!-
-Vamos...cariño...ya casi...llegamos...-

Una mujer de larga cabellera castaña sostenía la mano de su adorado hijo, huyendo de los cazadores que los perseguían, efectivamente su amado hijo era un híbrido la madre corría jalando a su hijo mientras podían escuchar a sus espaldas los gritos de los aldeanos que iban detrás de ellos pisándole los talones, la madre logro ocultarse junto a su hijo en una cueva.

-mama...que vamos a hacer?...-
-yo...yo...iré a confundirlos...tu te quedas aquí...-
-mama no quiero quedarme solo...mamaaa..-
-...shhh...regresare por ti...-

La mujer salio de la cueva con cuidado pero el menor no hizo caso a su orden, el menor salio detrás con la escondiéndose con cuidado en un arbusto viendo que su madre se encontró con los hombres que lo a perseguían.

-Está en la cueva como lo habíamos acordado...- -...de verdad matarás a tu hijo...por dinero?...que buena madre eres... Jajaja...no me imagino la cara de tu hijo cuando sepa que su propia madre lo traicionó... -Solo hazlo rápido...no lo hagas sufrir...es solo un niño no merece sufrir...- -...jajajaja mujer estas mal...-

Aquellos hombres simplemente empujaron a la mujer para ir caminando firmemente hacia la cueva pero el menor había escapado justo a tiempo, al ver como su madre iba detrás de ellos el simplemente aprovecho eso para salir corriendo como podía mientras sus piernas temblaban, aquello había sido tan doloroso su propia madre la única persona que la había criado y cuidado después de la desaparición de su padre, era la persona mas importante para el albino la única persona a la cual confiar pero ahora, ahora se había dado cuenta que todo era falsedad. Un grito fuerte lo hizo detenerse y voltear hacia atrás, esa voz era la de su madre cosa que le hizo entrar en llanto pero siguió con su paso rápido al bosque para perderse en el y no dejar rastro.

Años después esa aldea termino separando de los demonios, pocos de ellos que pretendían simplemente vivir en paz escaparon a lugares remotos de los cuales podrían fácilmente vivir sin dejarse verse o mas bien eso era lo que creían, aun habían personas encargadas de matarles, exterminadores dispuestos a tener una ganancia por ello por lo que los mismos demonios buscaban esconderse de todas a todas de las demas personas y así fue como el chico termino en aquel bosque del cual pocas personas se iban a explorar mas de la linea roja, una cinta roja que cubría cierta área explorada y purificada por los mismos monjes y sacerdotisas de las aldeas.

-Buenas tardes...después de las pasadas perdidas que este pequeña aldea tuvo...se le pide a el pueblo que participe con esta lucha por el fin de desaparecer a esos demonios que solo vienen a traer desgracia al mundo...hombres, mujeres, jóvenes o adultos dispuestos a luchar con esto pueden participar...se les dará un ganancia por cada monstruo que atrapen o destruyan pero deben de saber....que no es algo que sea tan fácil de hacer...así que deben de estar preparados para ello...-

La voz de este hombre resonaba entre los murmullos de la pequeña cantidad de aldeanos que se reunían en el centro de la aldea, atemorizados muchos habían terminado haciendo refugios debajo de sus casas intentando estar a salvo y proteger a sus familias de la gran cantidad de demonios aparecían en las aldeas para destruirlas robando a los niños que nunca mas eran vueltos a ver. Era el terror de la poca población que poseía esa aldea separada de las demas.

-Las personas que se vayan a huir, den un paso al frente...-

Varios jóvenes abrazaban a su familia, padres renunciando a el amor de sus familia por un sacrificio que les daría una vida mas libre para sus hijos. Preparados con armas se despedían para ir con el grupo de personas que se internaban al bosque para el duro entrenamiento nocturno donde todo iniciaba, mientras tanto en la lejanía del bosque en un lugar alto y escondido un brillo blanco resaltaba vigilando atentamente a los hombres que entrenaban matando pequeños monstruos era una rutina que hacían para sacar a los próximos exterminadores.

-Esto...realmente no es nada bueno...- Un chico de cabellera blanca se volvía a esconder en el verdoso paisaje opaco, agradeciendo que no había tanta luz por la cantidad de nubes en el cielo estrellado era algo que debía aprovechar al máximo si quería hacer algo para resolver todo pero algo le detuvo, un grito le hizo retroceder a su escondite un grito de un niño que provenía del mismo bosque, ese grito puso en alerta a las personas para terminar con su primer día de entrenamiento.

-Todos a sus puestos, esta noche atacaran la aldea...es mejor que estemos preparados.- Las fuertes campanadas hicieron que estos salieran corriendo buscando sus refugios, cerrando todo con llave y terminando por esconderse en sus refugios subterráneos eran lo mas que podían hacer y esperar que todo saliera bien. -No los dejaremos pasar...- Dijo el hombre para así prepararse.

Mientras tanto los otros se preparaban el albino corría en busca de esos gritos de ayuda que cada vez mas se escuchaban mas cerca cosa que simplemente apresurarse hay fue como encontrón a un niño que se aferraba de un árbol gritando y llorando mientras lanzaba flechas sin tirarle a los demonios que se deslizaban por el tronco el menor termino cayendo de la rama por el peso de este.

-A-ayuda!!!...alejateee!...- Gritaba el niño se arrastraba algo adolorido buscando como escapar hasta que aquel peliblanco apareció, destruyendo con sus garras aquellos demonios y tomando al menor en brazos. -U-un demonio!!! ayudaaa!.- Gritaba el chico pataleando y tratando de escapar pero el albino no lo dejaba de soltar, saltando y alejándose de aquellas cabezas flotantes o con cuerpo de cien pies que les perseguían. -Solo sujetare!..-Dijo el albino que saltaba de un lado a otro corriendo lo mas rápido posible mientras le sujetaba en brazos, casi llegaban a un lugar que los mantendría a salvo después de correr tanto se dejo deslizar en una bajada que lo llevaba a una cueva, sujetando de un modo protector al menor para cerrar sus ojos con fuerza.

Una cueva que tenia un brillo en la entrada, un campo de fuerza que lo protegía pero que causaba un daño al mismo albino que después de entrar soltó al menor desprendiendo humo en su cuerpo y chasqueando la lengua vio al mentó con una pequeña sonrisa. -N-no te haré daño...- Dice el alvino mientras hacia aparecer sus orejas sobre su cabeza y una esponjada cola.

El menor huya de el pero el otro lo sujeto para cargarle y suspirar. -Cuidado, estas herido...ven...- Este simplemente le llevo tranquilo mientras pataleaba para ponerlo sobre una silla, este se sentó en el suelo y suspiro para así sacar una pequeña caja de madera sacando una pomada y colocando sobre la herida. -solo dolerá un poco...pero se fuerte...- Dice con una agradable sonrisa para colocar un pequeño vendaje sobre su herida. -Listo!...estas bien?....te duele otro lugar?- Dice el albino pero el menor no respondía por nada del mundo solo temblaba asustado.

No podria cambiar nada el mismo albino notaba que el mismo temía por su vida, suspirando para así terminar alejándose y caminando hacia la puerta de la cueva. -Sabes, no todos los híbridos venimos a matar...yo...yo solo quiero vivir...muy a pesar de las historias...- Dice viéndole de reojo con una suave sonrisa para verle con sus ojos azules. -mi nombre es Maya y soy un zorro...-Dice acercándose lentamente para sentarse alejado a este y extendiendo su brazos suavemente. -Un placer...-Dice sonriendo suavemente mientras su cola se meneaba suavemente.

Después de un tiempo que permaneció con su mano así suspiro y cuando la iba a quitar sintió la mano ajena, un ligero puchero se mostraba en el rostro sucio y ligeramente asustado del menor que desviaba la mirada.- Soy Hotaru...yo venia a ...matarte...pero...creo que no lo haré...-Dice viéndole con ese gesto aun molesto pero suspirar, por lo que el albino sonrió suavemente.- Me alegra saber que ya no soy tu enemigo...-Dice el mismo albino para suspirar levantándose para así sentarse mas cerca y traerlo a que se sentara entre sus piernas. -Deberías descansar, ellos no se irán y aquí estamos a salvo...-Le abrazo abrigándolo con su mismo ropaje mientras su cola tambien le daba calor mientras vigilaba la puerta.

-Yo....yo cuidare de ti...-

Shiro kitsune no jumonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora