Respire ondo para no enfadarme por todas las compulsión es y pociones que tenía desde antes de mi reencarnación. Más tranquilo salí de mi habitación para dirigirme a la de mi manchita de tinta y mi dragon mortifero.
Llegué al frente de una hermosa puerta de sauce con un huevo de dragon tallada en ella y el nombre de mi dragon mortífero en una placa arriba del huevo; Asher Hipo Peverall.
Sonreí antes de abrir suavemente la puerta y entrar lentamente mientras me preparo para el comun y tierno impacto.
-¡Mamá!
Tropecé un poco por el impacto pero rápidamente me estabilice para corresponder el abrazo de Asher mi dragon mortífero. Con el aún en mis brazos me acerqué a mi manchita de tinta para plantarle un beso en la frente.
-Hola mamá espero que tu día haya empezado bien.- Saludó con una sonrisa dulce después de que le di un beso de buenos días.
-Mi día siempre empieza bien después de verlos sonreír.- Respondí con amor por mis dos bellos hijos Mohinder y Asher.
-¡Buenos días mamá!- Exclamó felizmente mi dragon mortífero sin sacar su cabeza de mi cuello.
-Buenos días a ti también mi dragon mortífero.- Respondí antes de hacerle cosquillas sacandole risitas entré mescladas con carcajadas.
Aprovechando que estaba distraído con las cosquillas lo senté en su puff negro con dibujos de dragones blancos moviéndose en la suave tela. Luego fui a buscar un par de medias negras y ayudarlo a ponercelas igual que con sus zapatillas blancas.
Sonreí con cariño mientras ayudó a Asher para lograr ponerce un buso de lana morado oscuro. Después de ayudarlo lo senté en mi cadera y dulcemente tomé la mano de mi manchita de tinta.
Mientras bajavamos las escaleras de mármol blanco con venas de oro nos encontramos con mi hermana gemela con una de mis nuevas creaciones; Un vestido negro y zapatos con tacon.
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En sus manos tenía un libro escamoso el cual rápidamente reconocí como una de nuestras reliquias familiares "Hechizos de la noble antigua y ancestral casa Peverall".
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-Buenos días tía Anahid.- Saludó educadamente mi manchita de tinta con una gran sonrisa en el rostro.
-¡Hola tía Anahid, mamá me vistió!- Exclamó como si que yo lo vistiera fuera un gran logró. Lo cual es absurdo porque todos los días lo visto.
-¡Qué maravilla, te vez como una muñequita de porcelana!- Halago mi gemela con gran admiración que resultó cómica.
. . .
-
¿Por qué no puedo ir con mamá y la tía Anahid?- Pregunto con voz rota Asher a Mohinder.
-Aun no es tiempo que estudies en Hogwarts mi dragon mortífero.- Le dije sin rodeos manteniendo un tono dulce.- Además yo y tu tía vamos a arreglar el colegio para que sea seguro para ti.- Explique con la verdad.
Asher me miró con lágrimas en los ojos pero hincho el pecho y con voz orgullosa dijo.
-Cuidaré de mi hermano mayor hasta tu regreso.
Sonreí antes de despedirme con la mano mientras el tren comenzaba a moverse.
