Prefacio

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Realmente pienso en todo lo imaginable y empalagoso cuando nuestras miradas se unen. Mi corazón de algunas manera se siente satisfecho y late frenéticamente, tanto que en algún momento podría salirse de mi pecho. Siento esa calidez de los cuentos tontos de mi hermano que al algún momento llegué a escuchar, donde las parejas viven es final tan absurdo y fuera de la realidad, todo eso cuando solamente tomo sus manos.

Mi atención está puesta en él, enteramente en él, cuando aparece en mi campo de visión, quedando prendido por su silueta, enamorándome del caprichoso príncipe, queriendo vivir ese final idiota y tonto, que algún momento me pareció, con él. ¿Cuándo sucedió esto? ¿En qué momento del cuento tonto quedé prendado por él? Fue..¿Aquella primera sonrisa? ¿Aquella noche que dormimos mirando las estrellas?¿Aquella dulce mirada llena de bondad por las almas que no lo merecían? ¿En qué momento había surgido esa chispa? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?

Sinceramente, tal vez lo había amado desde el primer instante que pose la mirada en él y totalmente como un ciego no lo había notado hasta este instante.

Vaya, el dragón atrapado en las manos de un enano caprichoso, curioso y berrinchudo, ¡irónico!

-¡TE ODIO TANTO! -gritó él mirándome a los ojos, llenos de ese fuego que me cautivó en algún momento de esta historia.

Sonreí encogiéndome de hombros, algo divertido con su enfado, parecía un cachorro tratando de ser un lobo feroz.

-Ujum, y yo te odio aún más, querido enano, aún más -mentí descaradamente cuando en realidad mis labios querían soltar millones de palabras cursis con la palabra amor de por medio.

Ash, que idiota me había vuelto, pero un idiota enteramente dispuesto para él.

Para mi dulce rey.

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--¡No, no lo hagas, tonto, idiota! ¡¿Así que me vas a dejar de esta manera?! ¡No seas un cobarde, no rompas tu promesas! -las nubes oscuras tomaron presencia en el cielo--¡Prometiste quedarte hasta que mi corazón dejará de latir, y sigue latiendo! ¡Sigo vivo, no cometas esta tontería! -gritó él mientras los relámpagos chocaban con el suelo destruyendo todo lo que tocaba.

Sonreí algo triste, al parecer mis promesas se habían vueltos vacías en ese momento, porque no podía cumplirlas.

--¡Pero prometí cuidarte a toda costa, y lo estoy haciendo! ¡Con esto doy fuerzas a esas promesas! ¡No llores, nos veremos en nuestra siguiente vida! ¡Lo prometo, prometo no abandonarte en la siguiente, aún seguiré en tu corazón hasta el próximo encuentro! -le grité mientras mis ojos se volvían rojos y los truenos se acercaban más dejando destrucción y los tornados iban de la mano.

No podía perderlo, y si dar mi vida era el precio para que la suya siguiera, tomaría el castigo, una y mil veces de ser necesario.

--¡Dante llévatelo! -le grité a mi dragón.

Él gritó mientras sus lágrimas seguían brotando de sus ojos, rompiendo mi corazón negando, siendo sostenido por mis hombres remontando el cielo en el dragón desapareciendo.

-Uy, que dramatismo se cargan los herederos a veces, es tan asqueroso y empalagoso-se burló el hombre que había empezado todo esto -. Pero...sabes que esto no me detendrá?, ¿verdad? No es tan fácil como crees, no pararé hasta obtener a la lindo esposo que te cargas.

Mostré mis colmillos, sobre mi cadáver dejaría que las sucias manos de ese hombre lo tocaran.

Sin pensarlo dos veces me lancé con mí espada al enemigo

龍 (Tatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora