龍 (Tatsu)

CAPITULO V

La fecha de la boda se eligió y como era acordado los preparativos estarían en el corto tiempo estipulado, así que Jimin, como prometido y uno de los que se iba a casar, tuvo mucho trabajo por hacer con aquellos preparativos.

A pesar de que no quisiera, tenía qué, su madre y su suegra, era una de las mil razones por la que no podía abandonar sus obligaciones, y no solamente eso, sino que todo tenía que ser al lado de Namjoon.

Elegir traje, flores, comida, mesa, luces, adornos, etc. Era tan agotador, no podía siquiera respirar, estaba lado al otro. No podía con todo, y más que eso, no quería esta boda, y por obvias razones sentía que todo era una perdida de tiempo.

Y sí, había aceptado casarse, pero eso no significaba que se encontraba contento con la reunión. Para él, estaba planeando la fiesta para acabar con su libertad, y eso , no sonaba muy emotivo si lo ponías de esa perspectiva.

Definitivamente casarse no era, ahora, lo que más le alegraba.

—¿Prefieres tulipanes o rosas? —le preguntó su madre.

Jimin despegó la mirada de su libro y se encogió de hombros.

—Lo que sea está bien —terminó por decir—. Decide, eres muy buena en eso

Su madre suspiró y se sentó al lado de él.

—¿Estás bien? No has elegido nada a tu gusto, solo dices está bien, no sé o... dejas que decida yo o Mizuchi —comentó ella preocupada —. Te vas a casar en tres días, no te veo...

Jimin suspiró cerrando su libro sintiendo a dónde iba aquella conversación

—¿Feliz? ¿Gritando de la alegría que siento en este momento? —preguntó sarcásticamente—. No quiero sonar grosero, madre, pero...no voy a estar feliz con algo que no quiero, con algo que no deseo.

Negó con la cabeza.

—No me obligues también a estar contento con esto, ya es suficiente que gobiernen en mi vida para que también quieran gobernar con lo que siento —se levantó.

—Hijo yo...

No la dejó terminar, ya había salido del lugar sin mirar atrás

Jimin prefería no terminar en una conversación en la que sabía que nada cambiaría y solo se molestaría con su madre de nuevo. Había aceptado que no había vuelta atrás y que tenía que enfrentar su destino cruelmente, pero... aún así, sentía como arrancaban su libertad, su vida, y dolía, eso dolía y lo peor es que no podía hacer nada para evitarlo.

Suspiró abatido y se sentó en aquel columpió de madera cubierto de algunas hermosas flores de varios colores.

Aquel lugar era tranquilo, algo escondido y donde siempre iba para sentirse mejor, llorar y estar solo por un momento. Era su lugar secreto donde podía desahogarse un poco sin tener a alguien encima preguntando el porqué sus lágrimas o simplemente poder huir un poco de lo que era ser un príncipe.

Limpió un poco sus mejilla, borrando los rastros de algunas lágrimas que habían salido sin poder evitar.

Demonios no de nuevo

Se sentía abrumado, presionado, triste, molesto, también, con otro sin fin de emociones que se revolvía una y otra vez. Se había tratado de convencer que todo iría bien y sería una convencía dentro de lo que cabía... aceptable, pero se podría decir que nada estaba funcionando del todo bien.

Namjoon y él habían tocado pocas palabras, se dedicaban a elegir cosas de las bodas y luego...cada uno por su lado. Era como si ambos se evitaran todo lo posible mientras aún podían.