Capítulo 9: Heroes, Hermanos, Enemigos

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La resistencia de la Plaga en la Ciudadela de Corona de Hielo era abrumadora, pero la campaña de los cruzados de la luz se habría paso forzando a sus enemigos a una retirada hacia el interior. Guiados por Tiryon Vadín, los cruzados se adentraron en los salones del piso inferior de la fortaleza de saronita. Allí fortificaron y organizaron sus defensas, la hora final estaba a punto de tocar. Los guerreros de la horda, con Garrosh Hellscream y Varok Saurfang en su delantera comenzaron a barrer la entrada a una de las primeras salas donde el primero de los 13 guardianes. La alianza por otra parte, dotaba a los guerreros de las mejores armas y armaduras para enfrentarse al mayor de los peligros. Necrofagos y geliespectros caían ante el implacable avance de la cruzada mientras que los depositarios despertaban en un inútil intento por defender las salas.

Tiryon Vadín: esta es nuestra batalla final, con el paso del tiempo se hará eco de lo que aquí ocurra, sin importar lo que pase sabrán que luchamos con honor que luchamos por la seguridad y libertad de nuestro pueblo. Recordad, heroes, el miedo es el mayor enemigo en estas cámaras infectas. Fortaleced vuestro corazón y vuestra alma brillará más que mil soles. El enemigo vacilará al veros, caerán en cuanto la luz de la rectitud los envuelva. ¡Marchemos juntos a través de la ciudadela!

El Rey Exánime: Ahora estás en tierra sagrada de la plaga, la luz no te protegerá aquí, paladín. Nada te protegerá...

Tiryon Vadín: Arthas... juré que te vería muerto y a la plaga desmantelada. ¡Acabaré lo que comencé en la esperanza de la luz!

El Rey Exánime: podrías haber sido el mejor de los campeones, Vadín. Una fuerza oscura que asolaria el mundo y lo llevaría a una nueva era de oscuridad. Pero ese honor ya no te pertenece, pronto tendré el mejor de los campeones. Su adiestramiento ha sido agotador, las atrocidades que he cometido sobre su alma, su humanidad ha resistido tanto tiempo... pero pronto acabará arrodillandose ante su rey.

La voz escalofriante del príncipe traidor causaba furia a los cruzados. Tanto sufrimiento, tanto dolor provocado a Azeroth, era hora de devolverlo con la misma moneda. El Rey Exánime debía de caer hoy. Sin embargo, una voz se alzó pura en su sufrimiento, seguía resistiendo a pesar de todo el daño que le habían causado.

-Bolvar Fordragon: ¡NUNCA! ¡NUNCA...TE...SERVIRÉ!

-El Rey Exánime: al final... todos me servirán...

La voz del cruzado causó una oleada de confusión entre las tropas de la luz. Muchos de ellos no podían creerlo. El alto señor aún vivía para contar la historia.

-Varok Saurfang: El paladín... aún vive... ¿cómo es posible, Tiryon? ¿Cómo es que sigue vivo?

En ese instante irrumpió en la ciudadela uno de los guerreros más experimentados de la alianza, nada mas y nada menos que aquel que sufrió de primero el impacto del hielo del pedestal.

-Muradin Bronzebeard: a diferencia de ustedes, orcos, nosotros tenemos un honor que defender. Es ese honor el que nos lleva a realizar actos heroicos y a potenciar la grandeza de nuestras almas. Algo es seguro... Bolvar vive... si lo rescatamos es posible que la alianza y la horda se calmen por un momento...

-Tiryon Vadín: el poder de la luz es enorme, Varok... Muradin... solo ella es capaz de sanar las heridas que la agonia de escarcha provoca en nuestros cuerpos...

La puerta de la primera sala ha sido abierta. La base del pilar de escarcha se alzaba gloriosa ante los cruzados. Pero la plaga no estaba dispuesta a ceder tan fácilmente.

-Lord Tuétano: este es el inicio y el final mortales ¡nadie entrará en el sagrario del maestro!

Los cruzados adoptaron posturas defensivas. No importa morir por Azeroth, solo los convertirían en mártires aunque sus huesos se alzaran nuevamente contra sus aliados. Con un grito atronador por parte de Garrosh, la horda y la alianza irrumpieron en los salones para enfrentarse a la abominación.

-Lord Tuétano: ¡La plaga arrasará este mundo como un enjambre de muerte y destrucción!

Los paladines protegían a sus aliados del filo del hacha del guardián mientras que los demás le provocaban daños irreparables a su cuerpo.

-Lord Tuétano: ¡Quedaos cerca!

Puas osarias se levantaron de los suelos empalando a varios campeones de la luz. Sus vidas sacrificadas en un instante... y pasaban a formar parte del ejército de la oscuridad, pero los campeones no se rendían seguían luchando una y otra vez.

-Lord Tuétano: ¡Tormenta de Huesos!

Gritaba la abominación para empezar a girar velozmente mientras más cruzados caían en sus manos. En una coalición temporal, parecía como si, por primera vez, Azeroth fuera uno. El Rey de Ventormenta y el Hijo de Gromm Hellscream dieron un salto empuñando sus armas legendarias, destrozando los cráneos del guardián quien solo estalló enviando huesos hacia todas partes.

-Varian Wrynn: nada mal para un orco...

-Garrosh Hellscream: perro de la alianza, la próxima vez mi hacha también encontrará tu corazón

-Varian Wrynn: inténtalo, cerdo de la horda...

Mientras el valor crecía en los corazones de los cruzados, la invasión continuaba. Era hora de saldar cuentas con la que ahora dirigía el Culto de los Malditos. La fuerza imparable de la luz destrozaba cada guerrero maldito en su camino mientras que Lady Susurramuerte observaba aquel acto de "sacrilegio" a su maestro.

-Lady Susurramuerte: ¿Qué es este alboroto? ¿Osais entrar en suelo sagrado? Este lugar será vuestro lugar de reposo final.

Durante el inicio del enfrentamiento uno de los antiguamente derrotados campeones de la plaga aparecía nuevamente.

-Kel'Thuzad: ¡Congelaré la sangre de sus venas!

Los esfuerzos de los campeones se duplicaron. Los paladines arremetian contra las sombras de Lady Susurramuerte mientras que los magos fuego del Kirin Tor se enfrentaban al hielo absoluto de Kel'Thuzad.

-Jaina Valiente: dejadnos al traidor a nosotros, le enseñaremos que pasa cuando el hielo le intenta hacer frente al fuego

-Lor'themar Theron: bien dicho, Lady Valiente... nosotros nos quedaremos con la bruja de las sombras...

Las piroexplosiones de Jaina destrozaban las descargas de escarcha de Kel'thuzad mientras más bolas de fuego impactaban en su cuerpo. Kel'thuzad comenzó a lanzar descargas hacia todos los campeones de la sala a la vez que fueron detenidas por las barreras de fuego de los chamanes de la horda. Por otro lado, Lor'themar Theron blandia su hoja su hoja contra las sombras de Lady Susurramuerte mientras los sacerdotes de la alianza protegían y sanaban a los guerreros de la horda con escudos.

-Lor'themar Theron: ¡Lunargenta jamás se rendirá!

-Jaina Valiente: ¡Por el Kirin Tor!

La fuerza de Kel'thuzad y Susurramuerte fueron superadas rápidamente por la Cruzada Argenta. Azeroth unido arrasaba en Corona de Hielo demostrando que la unión era suficiente como para derrotar incluso a la misma muerte. Ya lo habían hecho en Ulduar, ni siquiera el Rey Exánime podía detenerlos.

-Kel'thuzad: Todo... es parte del plan del maestro...

-Lady Susurramuerte: vuestro final... se... aproxima...

Ambos exanimes desaparecían para siempre en el olvido y el descanso eterno. Los campeones se subieron a sus naves para alcanzar el Alto del Libramorte. Muradín y Varok descendieron de los barcos listos para luchar contra la próxima amenaza.

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⏰ Última actualización: May 08 ⏰

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