(Escuchen- The power of love, Celine Dion)
Abrí la puerta… sonreí al ver a Renata sentada en el sillón que daba frente a la ventana. Su reflejo a que solo estaba iluminado por la luz de la luna que entraba por nuestra habitación. Entré cerrando la puerta con el seguro.
Bastian: Creí que estabas cansada.
Renata: Perderme de esta magnifica noche.
Se puso de pie viendo como se deslizaba por su hermoso cuerpo la bata que tenía puesta. Tragué saliva al ver su caminar tan sensual hacia mi. Se acercó bajando su mano lentamente por mi cuerpo.
Renata: Necesito una ducha con mi esposo.
Mordió su labio inferior, pasando la punta de sus dedos por encima de mis labios, la seguí con la mirada viendo su trasero moverse de un lado y del otro, la tanga que traía puesto estaba para arrancársela de un solo movimiento. Se dio la media vuelta dando pequeños pasos hacia atrás, sujetó la perilla del baño abriendo la puerta.
Sonreí con gran sorpresa al ver el baño llena velas aromáticas, eso a ella le encanta muchísimo.
Humedeció sus labios con esa lengua que moría por probar. Caminé hacia el baño, me detuve en el marco de la puerta reposando mis manos en el.
Renata: Unas ventanas templadas por pared… donde nadie podrá ser testigos de este encuentro maravilloso.
Bastian: el mejor recibimiento.
Ella se acercó hacia la meseta, tomó la cajita sacudiéndola.
Renata: Por suerte que Daemon llegó a tiempo.
Bastian: Me imagino que si.
Abrió la cajita sacando una de las pastillas, se la llevó a la punta de la lengua, la metió hacia su boca tragándosela, dedo por dedo se los humedecía. Se subió en la meseta de un buen salto.
Su dedo índice lo movía de manera que me acercara hacia ella. Entré cerrando la puerta. No quería que nadie fuera testigo del momento que en todo el día estuve esperando. Bajé mi mirada deslizando mis manos suavemente por sus piernas, ella tomó otra de las pastillas poniéndosela de nuevo en la lengua. Sujetó mis manos con fuerza haciendo que fuera subiendo por toda la silueta de su cuerpo, cerró sus ojos disfrutando el roce que tenía en mis manos con su cuerpo.
Sus pezones salían un poco del sujetador de encaje, entreabrí mis labios al sentir un poco de su piel, enrolló sus piernas en mi cintura atrayéndome hacia su cuerpo, pasé mi mano por detrás de su nuca enredando mis dedos en su cabello, abrió sus ojos sacando un poco la lengua con la pastilla. Me acerqué a ella, rosando mi lengua con la de ella, jalé su cabello con fuerza manteniendo su mirada en la mía.
Bastian: Eres de mi absoluta pertenencia.
Renata: Soy tu esposa, a la única que puedes mirar con esos ojos de deseo.
Bajé mi mano hacia su trasero apretando un poco, la acerqué más hacia mi, dando una estocada en su cuerpo sin penetrarla.
Renata: Aaahhh…
Sus labios rosaron con los míos, movía mi cabeza lentamente para sentir la suavidad de esos labios que se mantenían húmedos. Podía sentir su aliento, su respiración que me estaba cautivando como siempre lo conseguía para tenerme a sus pies.
Bastian: ¿Quieres esto?
Volví a darle una estocada, ella tragó saliva mirándome. Metió sus manos lentamente por mi saco…
Renata: Lo deseo tanto que no esperaba el momento de tener frente a mi.
Sus manos iban pagando por mi cuerpo… ella conocía lo me hacía perder la cabeza. Empezó a desabrochar el botón de mi pantalón, mordió su labio inferior, esbozando una pequeña y tímida sonrisa. Como si no supiera que esta tímides estaba muy lejos de querer ser tímida, buscaba la manera de levantar mi ego de hombre.